jueves, 6 de agosto de 2020

La "piedra escrita" de San Nicolás de la Villa

   "Sucede que en ocasiones uno mira muchas veces algo pero no lo ve..." Así comenzaba mi primera entrada a este blog y así comienza la segunda porque los tiros van por el mismo sitio.

   En innumerables ocasiones he pasado por delante de la iglesia de San Nicolás de la Villa. Suelo fijarme en su torre octogonal porque me fascina y en general no le presto demasiada atención a la fachada, es bastante sobria y no tiene nada especial que me haga detenerme a contemplarla. Es cierto que si he reparado en la columna, supongo que romana, incrustada en la esquina de la calle San Felipe con la calle Concepción.


Columna en la esquina de San Nicolás de la Villa. Fotografía del autor.



   De columnas en esquinas está la zona más antigua de Córdoba plagada, en la zona en la que vivo hay bastantes y estoy acostumbrado a verlas por lo que no le he dado más importancia a ésta que a las otras. Con la excepción quizás de la que se encuentra en la esquina del Convento de la Encarnación, entre las calles Encarnación y Rey Heredia. Ésta la veo casi a diario por razones circulatorias (no tengo más remedio que pasar por allí con el coche) e incluso me entretengo en leer lo que en ella aparece escrito.


Pedestal en la esquina del Convento de la Encarnación.
Fotografía del autor.



   Se trata de un pedestal de estatua del que Ramírez de Arellano comenta: "Desde luego procedióse a hacer las obras para convertir las casas en convento [Convento de la Encarnación], aunque la iglesia nos parece de fines del siglo XVII, y dando la casualidad de encontrarse en una de las casas de los Sres. Marqueses de Vega de Armijo, un grueso mármol negro con una inscripción romana, lo colocaron en la esquina de la calle, donde se conserva..."

   Ya antes había hablado de este pedestal Francisco Ruano que, en su Historia General de Córdoba, aseguraba: "En las casas de los Marqueses de la Vega se halló en los tiempos de Morales una hermosa Columna de marmol cardeno con parte de la Estatua. Persevera hoi en la esquina del Monasterio de la Encarnacion, i tiene de alto siete cuartas, i de grueso más de tres, dedicada à la memoria de TITO MARCELLON PERSINO MARIO, Edil, i Consul de Cordoba, puesta por los Colonos, i habitadores. Dice assi: 

T. MARCELLONI. PERSINO
MARIO. AEDIL. II. VIR
COLONI. ET. INCOLAE

   He de decir aquí que aunque Ruano transcribe MARCELLONI, lo que en realidad aparece en el pedestal es MERCELLONI. Pero, aclaraciones aparte, volvamos a San Nicolás que me estoy yendo por las ramas.


Inscripción en el pedestal del Convento de la Encarnación. Fotografía del autor.



   Como dije más arriba con respecto a la fachada de San Nicolás, es cierto que me había fijado en la columna de la esquina, pero resulta que estuve leyendo hace poco tiempo la "Historia General de Córdoba" del jesuita Francisco Ruano y publicada en 1761 y en ella encontré que, entre las descripciones que hace de innumerables inscripciones romanas en diferentes puntos de nuestra ciudad, hay una donde dice:

   "Del Emperador FL. JULIO CONSTANCIO... tenemos otra grande Bassa de Estatua en S. Nicolas de la Villa, clavada en la pared septentrional de la Iglesia entre la esquina, i la puerta, mirando hacia el Monasterio de S. Martin. Es de jaspe encarnado de siete quartas de alto, i media vara de ancho... La inscripción dice assi:


FORTISSIMO. ET. INDULGENTISSIMO
PRINCIPI. DOMINO. NOSTRO
CONTANTIO. VICTORI
PERPETUO. SEMPER. AUGUSTO
DECIMIUS. GERMANIANUS
VIR. CLARISSIMUS. CONSULARIS
PROVINCIAE. BAETICAE
NUMINI. MAIESTATIQ
EIUS. DICTASSIMUS"  







   Así es que hace unos días, aprovechando una mañana de compras con mi hija, decidí entrar a la iglesia para comprobar si dicha basa de estatua seguía existiendo. Recordaba las indicaciones de que debía estar entre la puerta y la esquina, en la pared septentrional. La visita al interior fue breve porque enseguida comprobé que en esa pared no había nada parecido a lo que buscaba, y porque estábamos en mitad de una misa y la gente empezaba a mirarnos raro. Cuando salimos, al pasar junto a un recorte en el enlucido de la fachada a ras de suelo en el que se aprecia lo que tomé por una especie de antiguo zócalo de piedra, le dije a mi hija acercándome brevemente a él: Esto no puede ser porque no tiene inscripciones. Y ahí finalizó mi búsqueda sobre el terreno. No es que fuera una investigación muy concienzuda pero hacía más calor del que yo quería soportar.

   Ya en casa, molesto por mi fracaso, busqué en la red más información sobre la basa y encontré que muchos autores la han mencionado con mayor o menor profusión de detalles. Ambrosio de Morales, en la obra "La Coronica General de España", de 1574, dice sobre ella:

   "Este Emperador Constancio, de quien aqui se haze mencion, tuuo agora a España, pues fue Emperador del Occidente, y fue padre del gran Constantino. Pusosele estatua en Cordoua, como parece en la basa della, que esta en vna pared de la iglesia de san Nicolas de la villa. Es de marmol cardeno, y dize assi,..."

Ilustración de La Coronica General de España.






   Martin de Roa, que se limita a reproducir la inscripción de Morales, escribe así en su "Antiguo Principado de Cordova en la España Vlterior, o Andaluz", de 1636:

   "I muchos siglos adelante en tiempo del Enperador Constancio padre del gran Constántino, hallamos residencia en Cordova de los Legados Consulares, que tenian el govierno de la España Vlterior, como lo muestra una hermosa basa de estatua de marmol cardeno en Cordova, que dize assi..."






   Por otra parte, Bartolomé Sánchez de Feria escribe lo siguiente en su obra de 1772 "Palestra Sagrada, ó memorial de santos de Córdoba", en el Tomo IV:

   "En San Nicolàs de la Villa se hallò, y existe hoy la dedicacion al Emperador Constancio, y otra à Claudio."





   También Luis María Ramírez y de las Casas-Deza hace mención a ella en la tercera edición de su obra Indicador Cordobés, ó sea Manual histórico-topográfico de la ciudad de Córdoba, publicada en 1856:

   "En una piedra que fué basa de estatua, y está metida, menos por una cara, en el muro de la Iglesia de San Nicolás de la Villa, se lee la siguiente inscripcion..."





   Otra referencia la encontramos en la obra de 1867 Crónica General de España, ó sea Historia Ilustrada y Descriptiva de sus Provincias,  en el apartado dedicado a Córdoba escrito por Manuel González Llana:

   "Véase sino una dedicacion hecha al padre de Constantino Magno, y que existia aun hasta hace poco en la iglesia parroquial de esta ciudad, iglesia llamada tambien de la Villa. Dice así..."





   Y no podemos olvidarnos de Teodomiro Ramírez de Arellano y sus Paseos por Córdoba, donde también habla de esta basa: 

   "Junto á ella había una gran basa de piedra que debió servir para una estatua, con una inscripción romana que muchos escritores copian y Ambrosio de Morales tradujo en esta forma:

Esta estatua puso (Décimo) Germeniano varon
clarísimo consular de la Provincia de la 
Bética al valentísimo y benignísimo Príncipe
Ntro. Sr. Constantino perpetuo vencedor,
siempre Augusto y pusoselas como muy sujeto
y dedicado á su divinidad y Magestad"





   La información que dan estos autores es escasa y, a parte de que hay ligeras variaciones al transcribir la inscripción de la piedra (no las he incluido todas por no alargar esto más de lo necesario), e incluso en el material o el color de la misma, todos vienen a decir más o menos lo mismo: que la piedra es una basa de estatua dedicada a Constancio y que está en San Nicolás de la Villa. Quizás la descripción que hace el Padre Ruano era algo más detallada, puesto que hablaba sobre las medidas de la misma y la situaba en una pared concreta, así es que volví a releer su obra y me encontré que al decir "miraba al monasterio de San Martin" (en los terrenos donde hoy está el bulevar del Gran Capitán) se refería en realidad a la basa y no a la iglesia como yo había interpretado, con lo que debía encontrarse en la fachada y no en el interior de la Iglesia. Así es que hace un par de días volví de nuevo a San Nicolás y esta vez prácticamente de rodillas observé el zócalo de piedra que antes había desdeñado. Y allí, en la parte superior izquierda, estaban unas casi imperceptibles marcas  que formaban lo que parecían las letras "SSIMO".


Situación de la basa en la fachada. Fotografía del autor.



Primer plano de la basa. Fotografía del autor.



Detalle de la parte superior izquierda. Fotografía del autor.



   Tras fotografiarla varias veces y desde distintos ángulos he intentado con un programa de tratamiento de imágenes resaltar todo el texto que fuera posible. No he conseguido sino distinguir algunas letras sueltas, en parte porque mis habilidades informáticas son bastante limitadas, en parte porque el desgaste de la piedra es considerable y en gran parte porque la basa contiene innumerables restos de algún tipo de enlucido y de pintura que hace prácticamente imposible leer nada en ella.


Parte de la inscripción resaltada por ordenador. Fotografía del autor.



   Pero no me cabe duda de que lo que para mí era un simple zócalo de piedra es la basa de una estatua. Si está dedicada al emperador Flavio Valerio Constancio, padre de Constantino I el Grande como aseguran Ambrosio de Morales y Martin de Roa, o a Flavio Julio Constancio, hijo de Constantino I el Grande como lo hace Francisco Ruano, es un tema para personas más expertas.

   Me gustaría añadir una cosa antes de acabar. No sé si este fragmento de nuestra historia estará protegido de alguna manera como bien cultural. Tampoco si la titularidad del mismo, y por añadidura la obligación de conservarlo, pertenece a la Iglesia o al Estado. En todo caso creo que urge restaurar y conservar una pieza que yo acabo de descubrir y de la que muchos quizás desconozcan su existencia.


Rafael Expósito Ruiz.