viernes, 15 de julio de 2022

UNA ESCUELA PARA NIÑAS EN LA TORRE DE LA CALAHORRA

      Corría el año 1863 y la desamortización de Madoz se encontraba en su segunda fase, tras haber sido reanudada dos años después de haberse suspendido su aplicación. Propiedades de los ayuntamientos, del Estado, del clero, de las órdenes militares y un largo etcétera eran puestas a la venta para subsanar el déficit de las arcas públicas. 
     Una de estas propiedades, una casa que la Tercera Orden de San Francisco de Asís poseía en el barrio del Espíritu Santo, lo que conocemos por el Campo de la Verdad, fue excluida de dicha desamortización y cedida para establecer en ella las dos clases de primera enseñanza que ya existían en el barrio. El arrendamiento de la casa que hasta entonces albergaba la clase de las niñas llegaba a su fin y las obras para adecuar y rehabilitar la conocida como "la de los Terceros" presentaban una serie de dificultades debido al estado de ruina y abandono que presentaba, por lo que el alcalde, el conde de Hornachuelos, encargó al arquitecto Rafael Luque Lubian la búsqueda de un local alternativo en el barrio a fin de que la enseñanza de las menores no quedase interrumpida.


IMAGEN 1. Puente Romano, Calahorra y Campo de la verdad 
a finales del siglo XIX.


     La tarea de encontrar una nueva ubicación en el Campo de la Verdad no fue fácil, ya que no existían demasiados locales que cumpliesen con las necesidades para instalar la "amiga" (1), y los que así lo hacían ya estaban arrendados con anterioridad. Finalmente se optó por una opción que en principio iba a ser provisional y fue la de usar la Torre de la Calahorra, que venía siendo utilizada como acuartelamiento para tropas. En la planta baja, con unas mínimas reparaciones, se podrían ubicar la clase de las niñas y la vivienda de la maestra mientras se le daba una solución al arreglo de la casa de los Terceros.


IMAGEN 2. Modificaciones para adaptar la Calahorra como escuela.



     La obra fue adjudicada a primeros de julio a Antonio López Carrillo por la cantidad de 5.999 reales y para mediados septiembre estaba finalizada. La entrada a la Calahorra se haría por un patio lateral ya existente y desde ahí a la propia torre a través de la puerta practicada en el muro y que en la actualidad está cegada, al igual que una ventana que se encontraba a su lado. Desde ahí se accedería al aula propiamente dicha y a las demás dependencias, como un aula para las «niñas mugeres», el dormitorio de la maestra, cuarto de aseo y guardarropa para las niñas, cocina y excusado entre otras. Cuatro años después, el 30 de mayo de 1867, la escuela continuaba instalada en la Torre de la Calahorra, y podemos leer en la prensa de la época que ese mismo día iban a tener lugar los exámenes para las niñas a las once y media de la mañana. Dos horas y media antes, a las nueve, se realizarían los de la clase de los niños en su ubicación de la calle Arrecife.


IMAGEN 3. Vista de la Calahorra en 1896. 



     Llegamos a 1886 y la que iba a ser una solución provisional duraba ya 23 años. Ese año la escuela recibía en un acto celebrado en la planta baja del Ayuntamiento dos segundos premios por su «aprovechamiento durante el curso anterior», para las alumnas María Francisca Melquizo Méndez y Francisca Cañete Suberzo. Estos premios consistían en la entrega de menciones honoríficas, mientras que los de primera categoría constaban de medalla de plata y diploma y los de tercera de un lote de libros. La encargada de dirigir la escuela era la profesora Rafaela González Piedrola quien, además de estar comprometida con la educación de las niñas, también lo estaba con el barrio en que se encontraba: a finales de ese mismo año los vecinos del Campo de la Verdad, por iniciativa de la profesora, llevaron a cabo una suscripción con el fin de recaudar las 37 pesetas necesarias para colocar dos faroles que iluminaran a la estatua de San Rafael colocada en el Puente Romano; únicamente se pudieron reunir 21 pesetas y 4 céntimos, por lo que ella misma aportó la cantidad que faltaba. Rafaela González fallecería apenas dos años después, el 27 de marzo de 1888.


IMAGEN 4. La Calahorra en 1907.



     En la segunda mitad de 1890 la escuela tuvo que abandonar temporalmente la Calahorra mientras que ésta se usaba como hospital provisional para atender a los enfermos de cólera, así como a aquellos que presentaran síntomas sospechosos. Mientras tanto, la escuela fue trasladada a una habitación alquilada en la casa número 5 de la calle Bajada del Puente. Esta vez el traslado sí fue por poco tiempo, y en los dos años siguientes siguen apareciendo noticias en la prensa que aún sitúan la escuela en la Calahorra. Años más tarde, en 1898, se establece en la Torre un puesto de la Guardia Civil y la escuela regresará al número 5 de la Bajada del Puente, finalizando así una aventura "provisional" que había durado 35 años.


IMAGEN 5. El autor ante la puerta de entrada a la escuela, hoy cegada.



IMAGEN 6. Siluetas de la puerta y la ventana de la fachada de la escuela.




(1) Amiga o miga: en Andalucía y México, escuela de párvulos.



Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACIÓN
- Archivo Municipal de Córdoba.
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.

IMÁGENES
- Imágenes 1 y 4: Fotografías extraídas del grupo de Facebook HISTORIA DE CÓRDOBA EN 
- Imágenes 2 y 3: Archivo Municipal de Córdoba.
- Imagen 5: Fotografía tomada por Eva Correa Rosingana.
- Imagen 6: Fotografía tomada por el autor.

miércoles, 6 de julio de 2022

ÍNDICE DE PUBLICACIONES DE QURTUBA FABULAS. AÑO II (julio 2021- junio 2022)

       Mientras estaba escribiendo la que iba a ser la primera entrada de este blog dos cuestiones me rondaban la cabeza. En primer lugar me preguntaba si conseguiría terminarla de modo que a algún lector le resultara medianamente interesante; la otra cuestión era si sería capaz de darle continuidad a esta nueva faceta de escribir historias sobre nuestra ciudad, pues sinceramente no tenía ni idea de cual podría ser la siguiente. 80 entradas después creo que las dos cuestiones ya han sido respondidas de una manera más que satisfactoria para un neófito en estas lides como yo y, aunque ya he dicho en alguna ocasión que este no es un blog de miles de entradas y millones de seguidores ni creo que nunca lo sea, Qurtuba Fabulas celebra ya su segundo año de vida.


Una de las visitas de este año.




AÑO 2021 (23)

Julio (5)

Agosto (4)

Septiembre (4)

Octubre (4)

Noviembre (4)

Diciembre (2)



AÑO 2022 (14)

Enero (2)

Febrero (2)

Marzo (4)

Abril (3)

Mayo (2)

Junio (1)




La última entrada de este segundo año.





Rafael Expósito Ruiz.

viernes, 1 de julio de 2022

UN DESAFORTUNADO ACCIDENTE EN EL PUENTE DE RABANALES

      El 24 de Noviembre de 1922 el alcalde de la localidad jiennense de Lopera, José Medina Lara, se dirigía hacia Córdoba por la carretera de Madrid. Con él viajaban su hijo Eduardo Medina García, el sirviente Luis Vallejo Barrón y la señorita Carmen Valenzuela García, que venía a visitar a un hermano recientemente operado en nuestra ciudad. Conducía el automóvil Francisco Medina Bellido, primo y a la vez cuñado de Eduardo Medina.


IMAGEN 1. El puente en 1996.



     Aproximadamente a las doce de la mañana, cuando se disponían a atravesar el puente que cruzaba el arroyo de Rabanales, la pendiente de la carretera y lo cerrado de la curva de entrada al mismo hicieron que los radios de la rueda trasera izquierda del vehículo se partieran, yendo éste a empotrarse contra el pretil del puente. En ese momento Eduardo Medina, el hijo del alcalde, salió despedido del automóvil, quizás por la fuerza del impacto o tal vez, previendo la magnitud del golpe, saltase él mismo para ponerse a salvo. Ninguno de sus acompañantes supieron aclarar exactamente cual de las dos situaciones se produjo, pero el resultado es que acabó cayendo al arroyo desde una altura de unos siete metros.


IMAGEN 2. El coche siniestrado y algunas personas que
acudieron al accidente.



     Tras la caída, Eduardo consiguió subir por su propio pie de nuevo al puente, pero al llegar junto a sus acompañantes cayó desplomado al suelo. Rápidamente lo tumbaron en el interior del automóvil, en el mismo momento en que un autobús que se dirigía hacia Alcolea, cargado con los invitados a la inauguración de la Cantina Escolar, pasaba por allí. Entre ellos, junto al alcalde Sebastián Barrios Rejano y al gobernador civil Luis Grande Baudesson, se encontraba el doctor Francisco Bueno que, tras reconocer el cuerpo sin vida de Eduardo, declaró que probablemente había muerto de una hemorragia cerebral causada por el fuerte golpe. La víctima tenía treinta y tres años de edad y era viudo.


IMAGEN 3. El coche junto al autobús de Alcolea.



     Su padre, el alcalde de Lopera, y la señorita Carmen Valenzuela, fueron conducidos a Córdoba en otro automóvil para ser tratados de las heridas recibidas en el accidente, mientras el primo del fallecido y el sirviente Luis Vallejo permanecían junto al cuerpo sin vida de Eduardo acompañados por el teniente de alcalde Luis Ruiz de Castañeda, que también viajaba en el autobús hacia Alcolea y que era amigo de la familia, y por varios peones camineros que habían acudido al lugar del accidente y a quienes el gobernador ordenó que atendiesen a los que allí quedaban. El juez de instrucción José Eguilaz y Oviedo Castillejo llegó poco después y, tras el levantamiento del cadáver, éste fue conducido en un coche fúnebre al depósito del cementerio de La Salud.

     No fue este ni el primer ni el último accidente que se cobró vidas humanas en el puente de Rabanales, y ciclistas, motoristas, automóviles, camiones y autobuses continuaron pagando la imprudencia de tomar la curva de entrada a más velocidad de lo aconsejable hasta finales de los años 20 del siglo pasado. Finalmente el tráfico rodado dejó de atravesarlo y acabó quedando encajonado entre el nuevo trazado de la carretera de Madrid y la calle Noruega del nuevo polígono Tecnocórdoba. La dejadez, la basura y la naturaleza acabarán, si no se pone remedio, por hacerlo desaparecer.


IMAGEN 4. El puente en la actualidad.




Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACIÓN
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica

IMÁGENES
- Imagen 1: Fotografía de Jesús Padilla González, 05 de junio de 1996. Archivo Municipal de Córdoba.
- Imágenes 2 y 3: Fotografías extraídas del periódico La Unión Ilustrada, 03 de diciembre de 1922. Hemeroteca Digital BNE.
- Imagen 4: Fotografía realizada por el autor el 29 de junio de 2022.