Como bien dice Paco Muñoz en su blog notas cordobesas, «hablar del Caño de Venceguerra, VenciGuerra, Vicente Guerra o como de diferente manera se le ha llamado a lo largo de la historia, es una verdadera complicación. En primer lugar porque no hay mucho donde mirar, luego porque es un terreno resbaladizo, y no sólo porque es una cloaca, importante además desde que Córdoba era romana. Y fundamentalmente porque el terreno de las aguas de Córdoba y sobre todo subterráneas, tiene eruditos notables, que respeto y admiro.» (1). Por esa misma razón, y porque nada nuevo podría yo aportar a la cuestión sobre cuál sería su trazado, me he limitado a buscar su salida al río y a documentarla fotográficamente. El acceso a ésta es más incómodo que difícil y únicamente hay que tener cuidado de no molestar a la colonia felina que lo custodia.
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Bajando hacia el embarcadero. |
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Nos adentramos en la jungla. |
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Primera señal de que puede que no estemos solos. |
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El campamento está vacío, no hay felinos en la costa. |
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Llegamos a la salida del Caño de Venceguerra. |
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Primer plano de la salida. |
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Sillares de piedra y humedad, entorno predilecto para las higueras. |
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El caño trae agua. |
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Salida hacia el río. |
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Un último vistazo a los restos del antiguo medidor. |
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Punto en el que, unos metros más abajo, se encuentra el caño.
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(1) Texto extraído del blog notas cordobesas de Paco Muñoz (EL CAÑO DE VENCEGUERRA).
Más información en notas cordobesas:
Rafael Expósito Ruiz.
IMÁGENES- Fotografías tomadas por el autor.