sábado, 28 de octubre de 2023

DOS FOTOGRAFÍAS MÁS QUE NO SE HICIERON EN CÓRDOBA

     Hace varios meses escribí una entrada sobre una fotografía de Pierre Verger que se pensaba que fue tomada en 1935 en Córdoba y que resultó ser de la plaza Villamena, en Granada. No es el único caso de fotografías que están mal etiquetadas en los archivos que las custodian, y este curioso "trasvase" de imágenes entre Granada y Córdoba tiene dos ejemplos más.

     En otoño de 1910, el restaurador y profesor de Historia de la Arquitectura Sigurd Curman realizó un viaje por el sur de España, en el que tomó fotografías de ciudades como Sevilla, Granada y, como no, Córdoba, de la que el Museo Técnico de Suecia custodia un total de diecisiete. Dos de ellas, sin embargo, no se corresponden con lo que la descripción afirma.


IMAGEN 1. La primera de las fotografías.
     La primera de ellas muestra un escena callejera en la que varios borricos aparecen frente a algún tipo de establecimiento en un edificio que hace esquina, el arriero atendiendo a uno de ellos y una señora mayor a punto de cruzar por delante del fotógrafo. El encuadre de la fotografía es bastante cerrado y no podemos ver otros edificios o establecimientos que nos sirvan de referencia para localizar el lugar donde fue tomada, y podría ser tanto de Córdoba como de cualquier otro lugar. Si miramos la ficha técnica que ofrece el Museo podemos leer: "Fotografía esquioptica con motivo de una calle del barrio de Posadas, Córdoba. La foto ha sido guardada en una caja de cartón etiquetada: Viaje de otoño 1910. Granada 9. N:7. Texto en la foto: "Posada". Como es obvio que en Córdoba no existe ningún barrio que responda a ese nombre, a menos que se refiera al pueblo, ¿está equivocado el título o la guardaron en la caja equivocada?


IMAGEN 2. La misma esquina.
      Pues resulta que el título estaba equivocado y que la caja era la correcta. Se da la circunstancia de que el amigo Sigurd tuvo la genial idea de tomar tres instantáneas más de esta misma zona, una de ellas muy parecida a ésta y otras dos tomadas desde una distancia mayor, lo cual hace que sea posible reconocer en ellas el mismo edificio en la granadina calle Elvira, en el lugar que ésta hace esquina con la placeta de San Gil, que quedaría a la derecha según el punto de vista del fotógrafo. En esta fotografía se puede observar al fondo el campanario de la iglesia de los Hospitalicos o Corpus Christi. La esquina sigue existiendo en la actualidad, aunque el edificio ha desaparecido y su lugar lo ocupa ahora una especie de corralón o patio cerrado que, si no me equivoco, pertenece a la iglesia.


IMAGEN 3. Otra foto mal etiquetada.
     El segundo caso que nos ocupa es el de otra fotografía, también de Sigurd Curman y también custodiada en el Museo Técnico de Suecia. En ella aparece una muchacha descendiendo por una calle empedrada que da la impresión de estar llevándose algo a la boca con su mano derecha, quizás algo de comida o tal vez un pañuelo, mientras que con la izquierda sujeta lo que parecen dos huevos de gallina. A su espalda y al fondo de la fotografía se aprecia lo que seguramente sea la torre-campanario de una iglesia, puesto que se distinguen claramente dos campanas en el mismo. La información que acompaña a la fotografía es la siguiente: "
Fotografía esquioptica con motivo de una chica en una calle/ callejón, Córdoba. La foto está guardada en una caja con la etiqueta: Viaje de otoño 1910, Córdoba 6, Paisaje 3, N:5". En este caso tanto el título como la etiqueta de la caja afirman que estamos ante una calle de Córdoba, aunque de nuevo se trata de un error.


Imagen 4. San Pedro y San Pablo.
     En este caso el error es más "flagrante" que el anterior, pues tanto el título como la etiqueta de la caja están equivocados. De nuevo nos encontramos con que la fotografía no está tomada en Córdoba así que, tras contactar con un par de grupos granadinos dedicados a las imágenes antiguas, "FOTOS GRANADA Y PROVINCIA antigua" y "Granada, fotos antiguas y actuales", la respuesta llegó en menos de cinco minutos. Según me confirmó Ángel L. Guerrero, un fotógrafo granadino que se dedica a reproducir en la actualidad los mismos encuadres de vistas antiguas de su ciudad, con unos resultados sorprendentes, se trata de la calle Puente de Espinosa, que corre paralela a la conocida Carrera del Darro y, efectivamente, lo que aparece al fondo es el campanario de una iglesia, en este caso la de San Pedro y San Pablo. En la imagen 4 se puede ver una vista más actual desde la calle Puente de Espinosa, aunque tomada más de cerca.


IMAGEN 5. San Pedro y San Pablo, vista desde la Carrera del Darro.




Rafael Expósito Ruiz.




IMÁGENES
- Imágenes 1, 2 y 3: Sigurd Curman, 1910. Tekniska Museet.
- Imagen 4: Fotografía de Juanma Salas, extraída del grupo de Facebook "Granada, fotos antiguas y actuales".
- Imagen 5: Fotografía extraída del grupo de Facebook "Granada, fotos antiguas y actuales".

martes, 24 de octubre de 2023

DE VUELTA A LA TORRE DE LOS ARGOTES

      Hay un expediente muy interesante, custodiado en el Archivo Municipal de Córdoba, bajo el nombre de "Sobre dar un sitio a la Iglesia de San Nicolás de la Ajerquía para su ensanche". Está fechado en 1753 y, como se puede adivinar por su título, trata sobre la ampliación de la iglesia, en este caso a raíz de una petición al Ayuntamiento de Francisco Nicolás Mohedano, rector de la misma, para corregir el descuadre de sus naves ampliando en parte la fachada que mira hacia el Guadalquivir. Lo interesante de este expediente, al menos para el tema que nos ocupa, es que incluye un plano del informe del maestro de obras en el que podemos ver situada la Torre de los Argotes.


IMAGEN 1. Grabado sobre los destrozos causados por el río en la muralla.



     El plano, que tiene la peculiaridad de haber sido dibujado con el Sur hacia arriba, como ocurriría más tarde con el famoso plano de Karvinski de 1811, la ubica entre San Nicolás y el río, como ya habían afirmado con anterioridad Pedro Díaz de Ribas y Teodomiro Ramírez de Arellano en sus obras, concretamente frente a la esquina sureste de la iglesia. La distancia que dan el maestro mayor de obras, Diego de los Reyes, y los maestros de albañilería y alarifes públicos, Francisco de Aguilar y Juan de Cueto, es de cinco varas y media entre la iglesia y la muralla, a la que entiendo que estaría adosada la Torre de los Argotes aunque ésta no aparezca en el plano, y sí en cambio un pretil de media vara de altura que se proyectaba hacer.


IMAGEN 2. Plano que acompaña al expediente.



     Suponiendo que la unidad de medida usada en este informe fuera la "vara castellana", que correspondería a 83,59 centímetros, la torre se encontraría aproximadamente a 4,60 metros de distancia de la fachada de San Nicolás, lo que la situaría bajo la carretera que atraviesa el Paseo de la Ribera. Tiene así más sentido que hubiera que derribarla para la construcción del paseo y el murallón que si hubiera estado situada, como en el plano de los años 50 que ya cité en otra entrada, a la altura del actual número 19.


IMAGEN 3. Ubicaciones aproximadas según los planos de 1753 y años 50 del siglo XX.




Rafael Expósito Ruiz.




Una entrada anterior sobre este tema:






DOCUMENTACIÓN
- Obras Municipales. Alineación de Calles. Concesión de un terreno para ampliación de la Iglesia de San Nicolás de la Ajerquía. SF/C 00766-024. Archivo Municipal de Córdoba.

IMÁGENES
- Imagen 1: Paso del río Guadalquivir con el puente mayor a su paso por Córdoba. Archivo Histórico Nacional.
- Imagen 2: Obras Municipales. Alineación de Calles. Concesión de un terreno para ampliación de la Iglesia de San Nicolás de la Ajerquía. SF/C 00766-024. Archivo Municipal de Córdoba.
- Imagen 3: Google Maps.

domingo, 15 de octubre de 2023

EL CRIMEN DE LA POSADA DE VENCEGUERRA

     El 16 de junio de 1911, alrededor de las dos de la madrugada, un hombre y una mujer llegaron a la posada de Venceguerra, propiedad de Antonio Palacios y situada en el número 75 de la calle Emilio Castelar (actual n.º 35 de la calle Lineros). Decían llamarse José Gómez y Dolores Artacho, naturales de Villafranca, que habían venido a Córdoba para arreglar algunos asuntos. Más tarde se comprobaría que esos no eran sus nombres reales pero, en ese momento, el mozo de la posada Francisco Domínguez Muñoz no vio nada sospechoso en ellos y los acomodó en la habitación número 1, al final de la galería de la planta primera.


IMAGEN 1. La calle Lineros en 1951.



     Entre las doce y la una de la tarde del mismo día un individuo llegó a la posada preguntando por el matrimonio que había llegado de Villafranca y, antes de que el mozo pudiera contestarle, oyó cómo alguien tosía y diciendo "ya sé dónde están" corrió escaleras arriba en busca del origen de dicha tos. Acto seguido se escucharon cuatro disparos, tras los cuales el recién llegado emprendió la huida. El mozo se cruzó con él en las escaleras y, al preguntarle por lo que había ocurrido, él le contestó: "ya están casados con San Rafael". Mientras el criminal huía el mozo subió a la habitación, donde encontró los cuerpos sin vida del hombre y la mujer, él en el suelo y ella sobre la cama. El revólver apareció cerca del cadáver del primero.

     El asesino resultó ser Antonio Santos Alcaide, alias "el Santos", un delincuente con bastantes antecedentes y condenas a sus espaldas, de esos que pasaban tanto tiempo dentro de la cárcel como fuera de ella; sus víctimas, José Antonio Soto Molina, más conocido por Juan Lucas "Luquillas", y Josefa Torralbo Herrera, la "Tizná". El "Santos" y la "Tizná" vivían desde febrero en el número 25 de la calle Mucho Trigo, en una habitación alquilada a Andrés Otero, a la que regresaban cada madrugada después de que el "Santos" la recogía del prostíbulo de la calle San Fernando en la que se la podía encontrar durante el día y parte de la noche. El "Luquillas" era otro prenda, jugador tramposo de profesión, conocido de ambos y que vivía en la misma calle.


IMAGEN 2. Ubicación de la posada de Venceguerra.



     Tras el asesinato, el "Santos" tomó dirección hacia una casa de la plaza de la Alhóndiga, en la que pidió dinero al dueño, parándose luego en un prostíbulo de la misma plaza para lavarse las manos. Después de tirar la navaja al río, continuó hacia la calle Torrijos para dirigirse al número 2 de la de Medina y Corella, en la que su madre servía y donde él había trabajado anteriormente como criado. Necesitaba dinero para huir pero el yerno del propietario, el médico Rafael Beltrán, lo convenció para que se entregara. Iban ambos de camino a la cárcel cuando fueron interceptados por los guardias que venían buscándolo. Tras ser detenido, se confesó autor de los crímenes diciendo "a quien me roba, le mato". Según afirmo, Josefa se había llevado 12 duros que él tenía ahorrados.


     A las nueve de la mañana del día siguiente, los doctores Antonio Maraver Pizarro y José Amo Serrano realizaron la autopsia al "Luquillas" y a la "Tizná" en el cementerio de San Rafael. El primero presentaba una herida de bala con entrada por la parte posterior del cuello que le había fracturado la segunda vértebra y destrozado la médula espinal, causándole la muerte en el acto. A Josefa se le encontró otra herida de bala, con entrada por la escápula izquierda y salida por debajo de la clavícula, que afectó a la pleura y al pulmón izquierdo, además de varias heridas de arma blanca, una en la mano, otra en el hombro y una tercera en la zona abdominal izquierda que afectó al intestino delgado y al estómago, siendo ésta la causa de la muerte. Ambos habían sido asesinados por la espalda, sin posibilidad de defenderse.


IMAGEN 3. Medina y Corella.
     El 13 de diciembre de 1912, cuando ya llevaba año y medio en la cárcel, el "Santos" intentó fugarse junto a otros tres presos. Con la ayuda de dos clavos de grandes dimensiones y de dos navajas, habían conseguido abrir un boquete de unos 40 centímetros de diámetro en la pared de la celda que daba al patio, pero fueron interceptados cuando ya habían conseguido descolgarse con una soga que uno de ellos había conseguido. El "Santos" llevaba dos mudas de ropa, una sobre la otra. El juicio se celebró finalmente el 1 de abril de 1913. El Tribunal lo formaban el Presidente José Tello y los magistrados José Oppel y Francisco Summer. Por parte de la Fiscalía actuó Ángel León y como abogado defensor Antonio Iglesia Varo. De las declaraciones del acusado, testigos y peritos se pudo extraer lo siguiente: 

     El "Santos" y la "Tizná" ya no estaban juntos, tras haber discutido algunos días antes. Aunque inicialmente había declarado que Josefa se marchó a Málaga para visitar a su madre, la vio cenando con un hombre y otra prostituta en una taberna la noche anterior al crimen. A la mañana siguiente la estuvo buscando en varios lugares e incluso acudió a la Inspección de Vigilancia y al Juzgado, donde Josefa debía acudir esa misma mañana para resolver ciertas cuestiones, hasta que un conocido le dijo que estaba en la posada de Venceguerra con su amante.

     El hecho de que ambos asesinatos se hubieran cometido por la espalda demuestra que no llamó a la puerta de la habitación que, o bien estaba entreabierta para que pudieran entrar la sirvienta o el mozo de la posada a llevar un vaso de leche que el "Luquillas" había pedido, o bien fue abierta a la fuerza por el "Santos", ya que la llave de la misma había aparecido en el suelo. También daba al traste con el intento de la defensa de demostrar que había actuado en defensa propia y que habían sido la prostituta y el jugador los que habían atacado en primer lugar a su defendido cuando lo vieron entrar. El revólver con el que efectuó los cuatro disparos se lo había robado la "Tizná" a un periodista durante el trascurso de una juerga en una taberna de la calle de la Feria, y probablemente el "Santos" se lo había quitado a ella antes de que discutieran y se separasen. Solo dos de los disparos hicieron blanco, por lo que remató a la "Tizná" con la navaja.


IMAGEN 4. La calle de la Feria en 1914.



     El fiscal pidió para el acusado dos penas de muerte, una por cada víctima, por dos asesinatos con alevosía a los que había que añadir el agravante de reincidencia y, en caso de indulto, cadena perpetua y el pago de tres mil pesetas a los herederos de éstas. La defensa solicitó una pena de un año y un día por considerar que se trataba de dos homicidios por imprudencia, efectuados bajo un estado de embriaguez no habitual. El alegato del abogado defensor, en el que se encuentran perlas como que el acusado "era valiente, con la valentía noble del español que nunca mata a traición", no coló, aunque si consiguió que se tuviera en cuenta el eximente por embriaguez. El "Santos" fue finalmente condenado a dos cadenas perpetuas, el pago de las costas del juicio y la indemnización solicitada por el fiscal. El 19 de abril se dispuso su traslado desde la cárcel de Córdoba al penal de Figueras.


IMAGEN 5. Número 35 actual de la calle Lineros.



     A quien me roba, le mato. ¿Se refería Antonio Santos a Josefa por haberse llevado los doce duros o al "Luquillas" por haberle robado a su amante? En vista del resultado final, parece ser que a ambos.


Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACION
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica

IMÁGENES
- Imágenes 1, 2 y 3: Archivo Municipal de Córdoba.
- Imagen 4: Musée Départemental Albert Kahn.
- Imagen 5: Fotografía del autor.

viernes, 6 de octubre de 2023

LA DESAPARICIÓN DE LAS ESCULTURAS DE LA CALLE AMBROSIO DE MORALES

     El 22 de junio de 2009 Surgenia, Centro Tecnológico Andaluz de Diseño, lanzaba el I Concurso Paisaje Vertical Urbano con la idea de "resolver estéticamente la apariencia de las medianeras situadas en la calle Ambrosio de Morales y pertenecientes a la Real Academia y al Teatro Cómico Principal". El premio consistía en 6.000 euros por la realización de la obra y estaría exento del presupuesto para materiales, que correría a cargo de la propia organización. Entre las 40 propuestas presentadas se encontraba la de la cordobesa afincada en Barcelona Raquel Gómez Dueñas, conocida en el mundillo artístico como Elbi Elem, que fue la que acabaría siendo ganadora. La obra fue finalmente inaugurada el 3 de noviembre del mismo año, en un acto celebrado en el Teatro Cómico Principal.


IMAGEN 1. Medianera del Teatro Cómico Principal.



     Durante 9 años, aunque inicialmente estaba pensada para durar solo dos, sirvió para deleite de autóctonos y foráneos que se detenían a fotografiar una "representación onírica de la infancia", compuesta entre otras de figuras como vencejos, una niña saltando a la cuerda o un gato sobre el tejado, hechas con planchas de acero corten y varillas de hierro. Era un pequeño toque de esa modernidad que tanto nos hace falta en Córdoba y que va llegando con cuentagotas. En los primeros días de 2018 la mayoría de las piezas fueron retiradas, puesto que el solar que las había albergado hasta entonces iba a ser edificado, y guardadas en la Atarazana Municipal de Medio Ambiente e Infraestructuras, a la espera de ver si podían ser reubicadas en otro punto de Córdoba. Pocos meses después habían desaparecido.


IMAGEN 2. Las esculturas, excepto el gato y los vencejos, han sido retiradas.


IMAGEN 3. Medianera de la Real Academia, ya sin esculturas.



     Desde el Ayuntamiento le pidieron a Elbi Elem que no denunciara el robo, ya que se iban a encargar de esclarecer el asunto y expedientar a la persona o personas responsables. Además, como contrapartida, sería indemnizada por la pérdida de su obra. A principios de 2020, un año y medio después de la desaparición, lo único que había conseguido la artista cordobesa fue un sinfín de llamadas y correos electrónicos sin contestar, idas y venidas a los juzgados y un trato por parte del equipo de Gobierno que calificó como "degradante".


IMAGEN 4. El gato, oteando el horizonte en busca de sus compañeras.



     He intentado ponerme en contacto con ella para averiguar en qué punto se encontraba la cuestión a día de hoy pero aún no lo he conseguido, aunque me temo que desde el 2020 hasta ahora poco o nada habrá cambiado, y que seguramente tenía razón cuando afirmó que «Por lo visto, no soy la única que denuncia que se han enajenado o destruido esculturas de artistas cordobeses, y que eran incluso patrimonio artístico de la ciudad y hoy día forman parte de la decoración de algunas casas particulares».


Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACIÓN
- Prensa local

IMÁGENES
- Imagen 1: Cordópolis
- Imágenes 2, 3 y 4: Fotografías tomadas por el autor