viernes, 1 de diciembre de 2023

LA SOCIEDAD DE PLATEROS EN 1931

     En agosto de 1931, el diario Política dedicaba un reportaje a la historia de la Sociedad de Plateros con motivo de la reciente inauguración de su cuarta taberna, en San Lorenzo. El texto que sigue, y las fotografías que lo acompañan, pertenecen a dicho reportaje, publicado en el periódico Política: Época Segunda Año II Número 251 - 1931 agosto 18.


Industria clásica

     Desde los tiempos más remotos tiene la industria cordobesa manifestaciones de arte que han perdurado a través de los siglos.
     Así como conocemos de siempre la alfarería de La Rambla y los telares de paño pardo de Priego, así también trae Córdoba en las entrañas de su historia una industria típica que la hizo famosa en otro tiempo y que aún conserva como algo propio.
     Tal es el trabajo del oro y de la plata, que fue y es, en manos de los plateros cordobeses, material de arte y filigrana.
     Nobles metales, que en contacto con esta tierra toman las más bellas formas. Custodias con Arfe y arrancadas de tenue encaje de manos de anónimos artistas.

     En agosto de 1931, el diario Política dedicaba un reportaje a la historia de la Sociedad de Plateros con motivo de la reciente inauguración de su cuarta taberna, en San Lorenzo. El texto que sigue, y las fotografías que lo acompañan, pertenecen a dicho reportaje, publicado en el periódico Política: Época Segunda Año II Número 251 - 1931 agosto 18.


Última Sucursal, que ha sido recientemente inaugurada en San Lorenzo.




Las maestrías

     Los artesanos de antaño estaban constituidos en gremios o maestrías de régimen paternal. De las más antiguas de la ciudad, la de plateros ha tenido importancia sobresaliente por su espíritu de solidaridad y por una mayor cultura.
     Pero vamos a referirnos especialmente a la «Sociedad de los Plateros» fundada allá por el año 1860 y nacida de la fraternidad de obreros de un mismo arte.
     La adoración que el buen cordobés profesa al dios Baco, que dio sus racimos mejores a esta bendita tierra, es la verdadera génesis de esta Sociedad, que prontamente derivó a fines comerciales.
     Oficiales plateros que tenían costumbre de reunirse en sus libaciones, concibieron la idea de adquirir por su cuenta el dorado líquido y pagar cada uno religiosamente el importe de su diario consumo.
     Consumido el primer barril, pudieron comprar seguidamente, con su rendimiento, otro de doble cabida, y en esta proporción geométrica llegó un día en que la reunión no pudo consumir todo el vino almacenado.
     Es entonces cuando deciden abrir un establecimiento al público, por los años de la primera República.


Primitiva bodega de la Sociedad.




Un sólido negocio y un socorro mutuo

     Este sistema de acumulación de ganancias hace prosperar la Sociedad, que compra su primera Casa en la calle de San Francisco, donde se constituye formalmente la «Sociedad Mutual de los Plateros», con veintiséis socios que constan en el acta de la Asociación.
    Poco después abren su segunda casa en la plaza de Séneca, donde fundan la primera bodega, en la que se hacen los más exquisitos vinos que se venden en treinta leguas a la redonda.
     Hoy sus socios son en número de trescientos sesenta, muchos de los cuales han pasado a la categoría de patronos. Todos ellos son beneficiarios del Socorro Mutuo, que consiste en pensión para los enfermos e inválidos y asistencia médica de todas clases, así como farmacia, en la que invierte la Sociedad 1.000 pesetas mensuales, aproximadamente. Para pertenecer a la misma, precisa ser platero con cinco años de oficio y abonar una pequeña cantidad, como cuota mensual.
     El estado económico de la entidad y su solvencia la colocan en el lugar de las primeras firmas de la ciudad.


Antiguo salón de actos de la Sociedad.




Sus caldos

     La administración general de la Sociedad está hoy a cargo de una junta de once directivos, de los cuales hay tres patronos y ocho obreros.
      Pero los caldos, que son fama de esta Casa, están a cargo de una Comisión de Bodega del seno de la Sociedad, que es asesorada por un capataz técnico; también existe un representante de establecimientos.
     Hoy tienen seis Bodegas distribuidas en sus cuatro sucursales, en las que se apilan 300 botas con un total de 10.000 arrobas de néctar exquisito.
     Lago de dorado líquido que es prontamente consumido en forma de copas y célebres medios.
    Los mostos que cría esta entidad proceden de los mejores pagos de la sierra de Montilla y Moriles, donde compran anualmente más de 7.000 arrobas.
     Últimamente ha inaugurado su gran sucursal de San Lorenzo, establecida a todo lujo y en casa propia y que ha tenido un gran éxito en el populoso barrio.
     El capital social de esta entidad ha llegado a la cifra de 600.000 pesetas, estando constituido por los edificios de sus establecimientos en San Francisco, Plaza de Séneca, calle de Málaga y San Lorenzo, más el valor de sus hermosas bodegas.
     El volumen mensual de sus ventas alcanza las 18.000 pesetas. Cifra tanto más significativa cuanto que esta Sociedad no vende al por mayor.
     Aunque sus establecimientos ostentan el nombre de Sociedad de Plateros sus clientes pertenecen a todas las clases sociales y en particular el elemento obrero, que conoce la garantía de sus vinos.


Detalle del patio de la Sucursal de San Lorenzo.




La política

     Si los fines de esta Sociedad no son políticos, puede asegurarse sin embargo, que desde su constitución fue una ardiente defensora del régimen republicano con el que han estado siempre compenetrados los plateros cordobeses.
     Esta corporación es un vivo ejemplo de acción y voluntad, con cuyos factores han sabido constituirse en fuerte capital mutuo, que derrama sus beneficios entre los que supieron poner la solidaridad por encima de las pequeñas pasiones y de egoísmos inútiles.

Reina.
Fotos. Santos - Fotogs. Casares.

jueves, 23 de noviembre de 2023

Y DE CASUALIDAD, OTRA POSADA DE LA CORREDERA

      Mientras rebuscaba entre decenas de fotografías antiguas de la plaza de la Corredera, que pudiera usar para ilustrar la entrada sobre la Posada de la Puya, me detuve en una que pensé que podría mostrar la entrada a la misma, algo que iba buscando pues tan sólo conocía dos o tres que retrataban su interior.


IMAGEN 1. Vendedores en la plaza de la Corredera.



     La fotografía en cuestión es una de Frank Mason Good tomada en 1869. Se trata de una estereoscópica, una técnica que mediante el uso de una cámara doble efectúa dos fotografías que reproducen la distancia entre los ojos humanos para conseguir un efecto tridimensional, que se aprecia cuando ambas se miran a través de un visor especial. Representa una escena cotidiana en los soportales de la Corredera, con una vendedora de roscos o buñuelos, dos niños sentados tras ella y un hombre que sujeta una escoba entre sus manos.


IMAGEN 2. Cartel sobre un arco en dos fotografías distintas.



     En la esquina superior izquierda se aprecia lo que parece parte del letrero de algún negocio (recuadro en imagen 2), que en un principio tomé por el mismo que se puede ver en la fotografía de Levy & Cía que usé para ubicar la posada de La Puya (imagen 2). La copia de la estereoscópica de Mason que yo tenía no dejaba ver muchos más detalles, así es que busqué otra con más resolución.


IMAGEN 3. Dos detalles interesantes. 



     Al ampliar la fotografía (Imagen 3) se puede ver, tras los arcos de la Corredera, parte de un letrero en la pared en el que se pueden leer las cuatro letras "P A R A" y lo que parece parte de una quinta, que bien pudieran ser el principio de la palabra PARADOR, como así se denominaba también La Puya. Sin embargo, debajo de estas letras, aparece el número 37, y no el 18 que es el que correspondía a la citada posada.


IMAGEN 4. El número 37 en un plano de 1884.


 
     Estaba claro que la fotografía no se ajustaba a lo que iba buscando, pero la curiosidad me hizo buscar a qué podía pertenecer ese número 37. Y, casualidades de la vida, resulta que lo que se encontraba en ese lugar era otra de las conocidas posadas de la plaza de la Corredera: el PARADOR DEL TORO, como aparece nombrado en la prensa de 1869, fecha en que se tomó la imagen en cuestión, y cuyas primeras cuatro letras son las que aparecen en la fotografía.


IMAGEN 5. Una vista similar a la de Frank Mason Good.



     Aunque la posada Del Toro sobrevivió algunos años más que la de La Puya también acabó desapareciendo. En la actualidad, su lugar lo ocupa la casa número 16.


IMAGEN 6. El número 16 de la plaza de la Corredera.



     Así es que, buscando la posada de La Puya, encontré la Del Toro. Ya sé que me repito más que el gazpacho pero, como ya he dicho en más de una ocasión, la mayoría de las veces en que busco información para una entrada la encuentro para otra.


Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACIÓN
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
- elmarginador.blogspot.com.

IMÁGENES
- Imágenes 1 y 3: Cordova - A Market. Bit. Frank Mason Good. ca. 1870. Getty Museum Collection.
- Imagen 2: Place du Marché, Cordoue. 1885, Levy & Cía. Getty Museum Collection.
- Imagen 4: Plano de 1884 de Dionisio Casañal, fotografiado por el autor. Archivo Municipal de Córdoba.
- Imágenes 5 y 6: Fotografías tomadas por el autor.

sábado, 18 de noviembre de 2023

LA POSADA DE LA PUYA

IMAGEN1. Interior de la posada.
      Hasta los años 30 o 40 del pasado siglo XX existió, tras los arcos de la plaza de la Corredera, una posada conocida como la de "La Puya", una de las cuatro posadas o mesones que ya existían en dicha plaza a principos del siglo XVII junto a los de "los Leones", "del Toro" o "Beneficiados de San Pedro". Posada, mesón o parador, que de las tres formas se ha llamado, fue mencionada en sus obras por autores como Pío Baroja o Ricardo de Montis, aunque de pasada, tan sólo para indicar que se encontraba en la conocida plaza. También Enrique Romero de Torres la mencionó, en un artículo publicado en 1944 en el Boletín de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba y dedicado a los mesones de Córdoba, a los que aún quedaban en esas fechas y a los ya desaparecidos, como el de "La Puya", que había dejado de existir algunos años atrás según cuenta. Y poco más. No existe mucha información, o al menos yo no la he encontrado, y tan sólo alguna que otra fotografía del interior de la misma.


IMAGEN 2. Ubicación de la posada de "La Puya".



     Se puede, al menos, conocer la ubicación exacta de la posada dentro de la Corredera, lo cual no es demasiado complicado si se bucea un poco por la prensa de la época. La posada se encontraba en el antiguo número 18, en el lateral de la plaza que va desde el Arco Alto hasta la que fue la casa de doña Ana Jacinto, y en los últimos tiempos estuvo flanqueada por negocios como la casa de comidas "La Antigua Paloma" y el punto de venta de pescado de Antonio Cobos, alias "El Chico".


IMAGEN 3. El antiguo número 18 de la plaza.



     El plano de Córdoba de Dionisio Casañal, realizado en 1884, nos da la situación exacta del número 18 y, por lo tanto, de la posada. Como ya mencioné antes, la posada hace tiempo que no existe, y por el mismo sitio que se entraba entonces a ella se accede hoy al bar "La Cremosa", en el actual número 42.


IMAGEN 4.



IMAGEN 5.


Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACIÓN
- Antiguos mesones de Córdoba, Enrique Romero de Torres. B.R.A.C. núm. 49.
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
- La feria de los discretos, Pío Baroja.
- Notas cordobesas, Ricardo de Montis.

IMÁGENES
- Imagen 1: España. Córdoba. Plaza de Abastos. Hostería de la Puya. Arxiu Mas (Estudio fotográfico). 1920-1940. Pennsylvania Horticultural Society.
- Imagen 2: Place du Marché, Cordoue. 1885, Levy & Cía. Getty Museum Collection.
- Imagen 3: Fotografía tomada por el autor al plano de 1884 de Dionisio Casañal perteneciente al Archivo Municipal de Córdoba.
- Imágenes 4 y 5: Fotografías tomadas por el autor.

viernes, 10 de noviembre de 2023

EL NUEVO MUNDO RESTAURANT

      En los primeros meses de 1892 un nuevo establecimiento venía a sumarse a la oferta existente en la Córdoba de finales del siglo XIX. Se trataba del restaurante "El Nuevo Mundo", localizado en la salida de la calle San Álvaro a la entonces plazuela de las Tendillas, y estaba a cargo de Camilo Aroca Lozano, quien prometía ofrecer a su público «un servicio esmerado en diferentes artículos, así como las bebidas, carnes y pescados á la altura de los demás establecimientos de análoga índole instalados en esta capital».


IMAGEN 1. El "restaurant", en la esquina de San Álvaro con Tendillas.



     Contaba, según Ricardo de Montis, con «un patio lleno de flores, con sus muros cubiertos por vistosos carteles anunciadores de ferias y corridas de toros, con sus cuadros encerrando láminas del periódico La Lidia, que reproducían escenas de la fiesta nacional, con sus puertas coronadas por rojas cortinas en forma de pabellones que semejaban trozos de la bandera española». Los jóvenes que salían de "serenata" paraban allí a reponer fuerzas a base de boquerones fritos y vino de Montilla. Una de sus habitaciones era el punto de reunión del conocido como "Club Mahometano", un grupo de jóvenes artistas tan amantes de las letras y las artes como de las juergas. Era, además, uno de los establecimientos que mantenían la tradición cordobesa de colocar altares en las casas el jueves santo.


IMAGEN 2. Situación del Restaurant sobre un plano de 1884.



     Camilo Aroca falleció el 1 de marzo de 1922. Tenía entonces setenta y cuatro años y hacía diez que había quedado viudo de su mujer, Fuensanta Aguilar Cuéllar, y tuvo la suerte al menos de irse de este mundo sin ver derribado el edificio que albergó durante tres décadas su negocio, cosa que sucedería poco después con la ampliación de la por entonces llamada plaza de Cánovas, la apertura de la futura calle Cruz Conde y las nuevas alineaciones de las calles circundantes, entre ellas la de San Álvaro. El restaurant quedaba ahora a cargo de Concepción Aroca Aguilar, una de sus hijas, y de su nieto Gregorio Sánchez Aroca, hijo de ésta.


IMAGEN 3. Las Tendillas en 1924. La flecha señala el tejado del Restaurant.



     La demolición del Hotel Suizo, la apertura del primer tramo de la actual Cruz Conde y el resto de actuaciones urbanísticas efectuadas para cambiar la fisionomía de la zona centro de Córdoba hicieron desaparecer el edificio que albergaba al "Nuevo Mundo" y, el 9 de abril de 1927, Gregorio trasladaba el negocio al número 4 de la calle Morería, llamándolo "Casa Camilo" en recuerdo de su abuelo.


IMÁGENES 4 y 5. Casa Camilo en la calle Morería.



     Buscando información sobre el nuevo negocio de los descendientes de Camilo Aroca encontré una entrada en el blog "A comer con Chelo" que trataba este mismo tema, con la suerte de que esta Chelo es nieta de Gregorio Sánchez Aroca, y aunque el blog lleva inactivo desde hace algunos años y no he hallado la manera de contactar con ella, me he permitido el lujo de tomar prestada una fotografía que ella incluyó y en la que, si no me equivoco, aparece Gregorio tras la barra de "Casa Camilo". Espero que no se moleste y que, si algún día llega a leer esta entrada, me lo haga saber.


IMAGEN 6. Tras la barra del bar.


     Gregorio Sánchez Aroca murió hace tiempo, de hecho su nieta Chelo afirma en su blog que no llegó a conocerlo, y el tacón de la línea de fachadas donde se encontraba "Casa Camilo" desapareció tras un cambio de alineación de la calle Morería. Quedan en la memoria el recuerdo de estos dos establecimientos unidos a una familia, y una coplilla con la que se anunciaba el "restaurant" de Camilo Aroca Lozano en los primeros años del siglo XX:

Si pretenden comer bien
y darle gusto a la boca,
cuando se bajen del tren,
buscar a Camilo Aroca.
Dejarse de tonterías
y no malgastar el rato,
porque más no comerías,
ni mejor, ni más barato.


Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACIÓN
- acomerconchelo.blogspot.com.
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
- Notas cordobesas, de Ricardo de Montis.

IMÁGENES
- Imágenes 1 y 3: Fotografías sacadas del grupo de Facebook CORDUBA.
- Imagen 2: Fotografía tomada por el autor en el ARCHIVO MUNICIPAL DE CÓRDOBA a una de las hojas que componen el plano de 1884 de Dionisio Casañal..
- Imágenes 4 y 5: Fotografías sacadas del grupo de Facebook HISTORIA DE CÓRDOBA EN IMÁGENES.
- Imagen 6: Fotografía perteneciente al blog A COMER CON CHELO.

jueves, 2 de noviembre de 2023

LAS PLAZAS DE TOROS DEL CAMPO DE LA MERCED

      Leo en Wikipedia que los Jardines de Colón, o de la Merced, ocupan el sitio en el que en los siglos XVIII y XIX existió una plaza de toros. Hasta aquí todo bien. Confieso que no tenía noticias de su existencia, pero no será ni la primera ni la última cosa que desconozca de Córdoba. Hay algo, sin embargo, en la descripción que se hace de la misma que no termina de convencerme, y es que medía 90 metros de ancho por 90 metros de alto. ¿90 metros de alto? Ni siquiera la torre de la Mezquita, con sus 55 metros, alcanza esas descomunales proporciones, y eso que se supone que ningún edificio puede superar su altura. Supongo que se tratará de una errata, teniendo en cuenta que más adelante se afirma que «el edificio era casi tan alto como la mezquita de Córdoba, por ello se veía desde lejos quien iba por la carretera norte». Una cosa es casi tan alta y otra casi el doble. Se construyó, según esta página, a base de hormigón y ladrillos en una fecha indeterminada, siendo derribada después en 1831.


IMAGEN 1. El Campo de la Merced en 1862.



     Por otro lado, Teodomiro Ramírez de Arellano nos habla de una plaza de toros de madera, construida en este sitio en 1759 para celebrar la coronación de Carlos III como rey de España. Los días 14 y 16 de noviembre se realizaron sendas corridas en las que se lidiaron 32 toros. En 1774, según un expediente del Archivo Municipal de Córdoba, serían 18 las corridas celebradas en el Campo de la Merced. Una nueva plaza sería levantada en 1789, siendo 45 los toros lidiados en las novilladas de los días 12, 14 y 16 de septiembre. El hecho de que la Feria de la Salud hubiese cobrado cada vez más relevancia hizo que en 1801 fuera trasladada a las afueras de la Puerta de Gallegos, para aproximarla a la plaza de toros de la Merced. En 1810 acogería una corrida para celebrar la onomástica del rey José Bonaparte, ese títere aficionado a la bebida que los partidarios de Fernando VII apodaban "Pepe Botella" y que fue colocado en el trono español por su hermano Napoleón Bonaparte. Y de nuevo, en 1815, se vuelve a levantar una plaza de toros, que se inaugurará con cuatro corridas en las tardes de los días 9, 11, 13 y 15 de septiembre. Esta plaza, de forma ochavada y en la que no se celebraban las corridas más importantes, que tenían lugar en la plaza de la Corredera, sería la que fue derribada en 1831.


IMAGEN 2. Una plaza de madera en 1907.




Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACIÓN
- Antecedentes relativos a las dieciocho funciones de toros celebradas en el Campo de la Merced en dicho año. 1774. Archivo Municipal de Córdoba.
- Paseos Por Córdoba, Teodomiro Ramírez de Arellano.
- Wikipedia.

IMÁGENES
- Imagen 1: Campo de la Merced. Vista de Córdoba. 1862. José García Córdoba.
- Imagen 2: Plaza de toros en el Corralón de Castro, Motril. 1907. decastroero.blogspot.com.

sábado, 28 de octubre de 2023

DOS FOTOGRAFÍAS MÁS QUE NO SE HICIERON EN CÓRDOBA

     Hace varios meses escribí una entrada sobre una fotografía de Pierre Verger que se pensaba que fue tomada en 1935 en Córdoba y que resultó ser de la plaza Villamena, en Granada. No es el único caso de fotografías que están mal etiquetadas en los archivos que las custodian, y este curioso "trasvase" de imágenes entre Granada y Córdoba tiene dos ejemplos más.

     En otoño de 1910, el restaurador y profesor de Historia de la Arquitectura Sigurd Curman realizó un viaje por el sur de España, en el que tomó fotografías de ciudades como Sevilla, Granada y, como no, Córdoba, de la que el Museo Técnico de Suecia custodia un total de diecisiete. Dos de ellas, sin embargo, no se corresponden con lo que la descripción afirma.


IMAGEN 1. La primera de las fotografías.
     La primera de ellas muestra un escena callejera en la que varios borricos aparecen frente a algún tipo de establecimiento en un edificio que hace esquina, el arriero atendiendo a uno de ellos y una señora mayor a punto de cruzar por delante del fotógrafo. El encuadre de la fotografía es bastante cerrado y no podemos ver otros edificios o establecimientos que nos sirvan de referencia para localizar el lugar donde fue tomada, y podría ser tanto de Córdoba como de cualquier otro lugar. Si miramos la ficha técnica que ofrece el Museo podemos leer: "Fotografía esquioptica con motivo de una calle del barrio de Posadas, Córdoba. La foto ha sido guardada en una caja de cartón etiquetada: Viaje de otoño 1910. Granada 9. N:7. Texto en la foto: "Posada". Como es obvio que en Córdoba no existe ningún barrio que responda a ese nombre, a menos que se refiera al pueblo, ¿está equivocado el título o la guardaron en la caja equivocada?


IMAGEN 2. La misma esquina.
      Pues resulta que el título estaba equivocado y que la caja era la correcta. Se da la circunstancia de que el amigo Sigurd tuvo la genial idea de tomar tres instantáneas más de esta misma zona, una de ellas muy parecida a ésta y otras dos tomadas desde una distancia mayor, lo cual hace que sea posible reconocer en ellas el mismo edificio en la granadina calle Elvira, en el lugar que ésta hace esquina con la placeta de San Gil, que quedaría a la derecha según el punto de vista del fotógrafo. En esta fotografía se puede observar al fondo el campanario de la iglesia de los Hospitalicos o Corpus Christi. La esquina sigue existiendo en la actualidad, aunque el edificio ha desaparecido y su lugar lo ocupa ahora una especie de corralón o patio cerrado que, si no me equivoco, pertenece a la iglesia.


IMAGEN 3. Otra foto mal etiquetada.
     El segundo caso que nos ocupa es el de otra fotografía, también de Sigurd Curman y también custodiada en el Museo Técnico de Suecia. En ella aparece una muchacha descendiendo por una calle empedrada que da la impresión de estar llevándose algo a la boca con su mano derecha, quizás algo de comida o tal vez un pañuelo, mientras que con la izquierda sujeta lo que parecen dos huevos de gallina. A su espalda y al fondo de la fotografía se aprecia lo que seguramente sea la torre-campanario de una iglesia, puesto que se distinguen claramente dos campanas en el mismo. La información que acompaña a la fotografía es la siguiente: "
Fotografía esquioptica con motivo de una chica en una calle/ callejón, Córdoba. La foto está guardada en una caja con la etiqueta: Viaje de otoño 1910, Córdoba 6, Paisaje 3, N:5". En este caso tanto el título como la etiqueta de la caja afirman que estamos ante una calle de Córdoba, aunque de nuevo se trata de un error.


Imagen 4. San Pedro y San Pablo.
     En este caso el error es más "flagrante" que el anterior, pues tanto el título como la etiqueta de la caja están equivocados. De nuevo nos encontramos con que la fotografía no está tomada en Córdoba así que, tras contactar con un par de grupos granadinos dedicados a las imágenes antiguas, "FOTOS GRANADA Y PROVINCIA antigua" y "Granada, fotos antiguas y actuales", la respuesta llegó en menos de cinco minutos. Según me confirmó Ángel L. Guerrero, un fotógrafo granadino que se dedica a reproducir en la actualidad los mismos encuadres de vistas antiguas de su ciudad, con unos resultados sorprendentes, se trata de la calle Puente de Espinosa, que corre paralela a la conocida Carrera del Darro y, efectivamente, lo que aparece al fondo es el campanario de una iglesia, en este caso la de San Pedro y San Pablo. En la imagen 4 se puede ver una vista más actual desde la calle Puente de Espinosa, aunque tomada más de cerca.


IMAGEN 5. San Pedro y San Pablo, vista desde la Carrera del Darro.




Rafael Expósito Ruiz.




IMÁGENES
- Imágenes 1, 2 y 3: Sigurd Curman, 1910. Tekniska Museet.
- Imagen 4: Fotografía de Juanma Salas, extraída del grupo de Facebook "Granada, fotos antiguas y actuales".
- Imagen 5: Fotografía extraída del grupo de Facebook "Granada, fotos antiguas y actuales".

martes, 24 de octubre de 2023

DE VUELTA A LA TORRE DE LOS ARGOTES

      Hay un expediente muy interesante, custodiado en el Archivo Municipal de Córdoba, bajo el nombre de "Sobre dar un sitio a la Iglesia de San Nicolás de la Ajerquía para su ensanche". Está fechado en 1753 y, como se puede adivinar por su título, trata sobre la ampliación de la iglesia, en este caso a raíz de una petición al Ayuntamiento de Francisco Nicolás Mohedano, rector de la misma, para corregir el descuadre de sus naves ampliando en parte la fachada que mira hacia el Guadalquivir. Lo interesante de este expediente, al menos para el tema que nos ocupa, es que incluye un plano del informe del maestro de obras en el que podemos ver situada la Torre de los Argotes.


IMAGEN 1. Grabado sobre los destrozos causados por el río en la muralla.



     El plano, que tiene la peculiaridad de haber sido dibujado con el Sur hacia arriba, como ocurriría más tarde con el famoso plano de Karvinski de 1811, la ubica entre San Nicolás y el río, como ya habían afirmado con anterioridad Pedro Díaz de Ribas y Teodomiro Ramírez de Arellano en sus obras, concretamente frente a la esquina sureste de la iglesia. La distancia que dan el maestro mayor de obras, Diego de los Reyes, y los maestros de albañilería y alarifes públicos, Francisco de Aguilar y Juan de Cueto, es de cinco varas y media entre la iglesia y la muralla, a la que entiendo que estaría adosada la Torre de los Argotes aunque ésta no aparezca en el plano, y sí en cambio un pretil de media vara de altura que se proyectaba hacer.


IMAGEN 2. Plano que acompaña al expediente.



     Suponiendo que la unidad de medida usada en este informe fuera la "vara castellana", que correspondería a 83,59 centímetros, la torre se encontraría aproximadamente a 4,60 metros de distancia de la fachada de San Nicolás, lo que la situaría bajo la carretera que atraviesa el Paseo de la Ribera. Tiene así más sentido que hubiera que derribarla para la construcción del paseo y el murallón que si hubiera estado situada, como en el plano de los años 50 que ya cité en otra entrada, a la altura del actual número 19.


IMAGEN 3. Ubicaciones aproximadas según los planos de 1753 y años 50 del siglo XX.




Rafael Expósito Ruiz.




Una entrada anterior sobre este tema:






DOCUMENTACIÓN
- Obras Municipales. Alineación de Calles. Concesión de un terreno para ampliación de la Iglesia de San Nicolás de la Ajerquía. SF/C 00766-024. Archivo Municipal de Córdoba.

IMÁGENES
- Imagen 1: Paso del río Guadalquivir con el puente mayor a su paso por Córdoba. Archivo Histórico Nacional.
- Imagen 2: Obras Municipales. Alineación de Calles. Concesión de un terreno para ampliación de la Iglesia de San Nicolás de la Ajerquía. SF/C 00766-024. Archivo Municipal de Córdoba.
- Imagen 3: Google Maps.

domingo, 15 de octubre de 2023

EL CRIMEN DE LA POSADA DE VENCEGUERRA

     El 16 de junio de 1911, alrededor de las dos de la madrugada, un hombre y una mujer llegaron a la posada de Venceguerra, propiedad de Antonio Palacios y situada en el número 75 de la calle Emilio Castelar (actual n.º 35 de la calle Lineros). Decían llamarse José Gómez y Dolores Artacho, naturales de Villafranca, que habían venido a Córdoba para arreglar algunos asuntos. Más tarde se comprobaría que esos no eran sus nombres reales pero, en ese momento, el mozo de la posada Francisco Domínguez Muñoz no vio nada sospechoso en ellos y los acomodó en la habitación número 1, al final de la galería de la planta primera.


IMAGEN 1. La calle Lineros en 1951.



     Entre las doce y la una de la tarde del mismo día un individuo llegó a la posada preguntando por el matrimonio que había llegado de Villafranca y, antes de que el mozo pudiera contestarle, oyó cómo alguien tosía y diciendo "ya sé dónde están" corrió escaleras arriba en busca del origen de dicha tos. Acto seguido se escucharon cuatro disparos, tras los cuales el recién llegado emprendió la huida. El mozo se cruzó con él en las escaleras y, al preguntarle por lo que había ocurrido, él le contestó: "ya están casados con San Rafael". Mientras el criminal huía el mozo subió a la habitación, donde encontró los cuerpos sin vida del hombre y la mujer, él en el suelo y ella sobre la cama. El revólver apareció cerca del cadáver del primero.

     El asesino resultó ser Antonio Santos Alcaide, alias "el Santos", un delincuente con bastantes antecedentes y condenas a sus espaldas, de esos que pasaban tanto tiempo dentro de la cárcel como fuera de ella; sus víctimas, José Antonio Soto Molina, más conocido por Juan Lucas "Luquillas", y Josefa Torralbo Herrera, la "Tizná". El "Santos" y la "Tizná" vivían desde febrero en el número 25 de la calle Mucho Trigo, en una habitación alquilada a Andrés Otero, a la que regresaban cada madrugada después de que el "Santos" la recogía del prostíbulo de la calle San Fernando en la que se la podía encontrar durante el día y parte de la noche. El "Luquillas" era otro prenda, jugador tramposo de profesión, conocido de ambos y que vivía en la misma calle.


IMAGEN 2. Ubicación de la posada de Venceguerra.



     Tras el asesinato, el "Santos" tomó dirección hacia una casa de la plaza de la Alhóndiga, en la que pidió dinero al dueño, parándose luego en un prostíbulo de la misma plaza para lavarse las manos. Después de tirar la navaja al río, continuó hacia la calle Torrijos para dirigirse al número 2 de la de Medina y Corella, en la que su madre servía y donde él había trabajado anteriormente como criado. Necesitaba dinero para huir pero el yerno del propietario, el médico Rafael Beltrán, lo convenció para que se entregara. Iban ambos de camino a la cárcel cuando fueron interceptados por los guardias que venían buscándolo. Tras ser detenido, se confesó autor de los crímenes diciendo "a quien me roba, le mato". Según afirmo, Josefa se había llevado 12 duros que él tenía ahorrados.


     A las nueve de la mañana del día siguiente, los doctores Antonio Maraver Pizarro y José Amo Serrano realizaron la autopsia al "Luquillas" y a la "Tizná" en el cementerio de San Rafael. El primero presentaba una herida de bala con entrada por la parte posterior del cuello que le había fracturado la segunda vértebra y destrozado la médula espinal, causándole la muerte en el acto. A Josefa se le encontró otra herida de bala, con entrada por la escápula izquierda y salida por debajo de la clavícula, que afectó a la pleura y al pulmón izquierdo, además de varias heridas de arma blanca, una en la mano, otra en el hombro y una tercera en la zona abdominal izquierda que afectó al intestino delgado y al estómago, siendo ésta la causa de la muerte. Ambos habían sido asesinados por la espalda, sin posibilidad de defenderse.


IMAGEN 3. Medina y Corella.
     El 13 de diciembre de 1912, cuando ya llevaba año y medio en la cárcel, el "Santos" intentó fugarse junto a otros tres presos. Con la ayuda de dos clavos de grandes dimensiones y de dos navajas, habían conseguido abrir un boquete de unos 40 centímetros de diámetro en la pared de la celda que daba al patio, pero fueron interceptados cuando ya habían conseguido descolgarse con una soga que uno de ellos había conseguido. El "Santos" llevaba dos mudas de ropa, una sobre la otra. El juicio se celebró finalmente el 1 de abril de 1913. El Tribunal lo formaban el Presidente José Tello y los magistrados José Oppel y Francisco Summer. Por parte de la Fiscalía actuó Ángel León y como abogado defensor Antonio Iglesia Varo. De las declaraciones del acusado, testigos y peritos se pudo extraer lo siguiente: 

     El "Santos" y la "Tizná" ya no estaban juntos, tras haber discutido algunos días antes. Aunque inicialmente había declarado que Josefa se marchó a Málaga para visitar a su madre, la vio cenando con un hombre y otra prostituta en una taberna la noche anterior al crimen. A la mañana siguiente la estuvo buscando en varios lugares e incluso acudió a la Inspección de Vigilancia y al Juzgado, donde Josefa debía acudir esa misma mañana para resolver ciertas cuestiones, hasta que un conocido le dijo que estaba en la posada de Venceguerra con su amante.

     El hecho de que ambos asesinatos se hubieran cometido por la espalda demuestra que no llamó a la puerta de la habitación que, o bien estaba entreabierta para que pudieran entrar la sirvienta o el mozo de la posada a llevar un vaso de leche que el "Luquillas" había pedido, o bien fue abierta a la fuerza por el "Santos", ya que la llave de la misma había aparecido en el suelo. También daba al traste con el intento de la defensa de demostrar que había actuado en defensa propia y que habían sido la prostituta y el jugador los que habían atacado en primer lugar a su defendido cuando lo vieron entrar. El revólver con el que efectuó los cuatro disparos se lo había robado la "Tizná" a un periodista durante el trascurso de una juerga en una taberna de la calle de la Feria, y probablemente el "Santos" se lo había quitado a ella antes de que discutieran y se separasen. Solo dos de los disparos hicieron blanco, por lo que remató a la "Tizná" con la navaja.


IMAGEN 4. La calle de la Feria en 1914.



     El fiscal pidió para el acusado dos penas de muerte, una por cada víctima, por dos asesinatos con alevosía a los que había que añadir el agravante de reincidencia y, en caso de indulto, cadena perpetua y el pago de tres mil pesetas a los herederos de éstas. La defensa solicitó una pena de un año y un día por considerar que se trataba de dos homicidios por imprudencia, efectuados bajo un estado de embriaguez no habitual. El alegato del abogado defensor, en el que se encuentran perlas como que el acusado "era valiente, con la valentía noble del español que nunca mata a traición", no coló, aunque si consiguió que se tuviera en cuenta el eximente por embriaguez. El "Santos" fue finalmente condenado a dos cadenas perpetuas, el pago de las costas del juicio y la indemnización solicitada por el fiscal. El 19 de abril se dispuso su traslado desde la cárcel de Córdoba al penal de Figueras.


IMAGEN 5. Número 35 actual de la calle Lineros.



     A quien me roba, le mato. ¿Se refería Antonio Santos a Josefa por haberse llevado los doce duros o al "Luquillas" por haberle robado a su amante? En vista del resultado final, parece ser que a ambos.


Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACION
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica

IMÁGENES
- Imágenes 1, 2 y 3: Archivo Municipal de Córdoba.
- Imagen 4: Musée Départemental Albert Kahn.
- Imagen 5: Fotografía del autor.

viernes, 6 de octubre de 2023

LA DESAPARICIÓN DE LAS ESCULTURAS DE LA CALLE AMBROSIO DE MORALES

     El 22 de junio de 2009 Surgenia, Centro Tecnológico Andaluz de Diseño, lanzaba el I Concurso Paisaje Vertical Urbano con la idea de "resolver estéticamente la apariencia de las medianeras situadas en la calle Ambrosio de Morales y pertenecientes a la Real Academia y al Teatro Cómico Principal". El premio consistía en 6.000 euros por la realización de la obra y estaría exento del presupuesto para materiales, que correría a cargo de la propia organización. Entre las 40 propuestas presentadas se encontraba la de la cordobesa afincada en Barcelona Raquel Gómez Dueñas, conocida en el mundillo artístico como Elbi Elem, que fue la que acabaría siendo ganadora. La obra fue finalmente inaugurada el 3 de noviembre del mismo año, en un acto celebrado en el Teatro Cómico Principal.


IMAGEN 1. Medianera del Teatro Cómico Principal.



     Durante 9 años, aunque inicialmente estaba pensada para durar solo dos, sirvió para deleite de autóctonos y foráneos que se detenían a fotografiar una "representación onírica de la infancia", compuesta entre otras de figuras como vencejos, una niña saltando a la cuerda o un gato sobre el tejado, hechas con planchas de acero corten y varillas de hierro. Era un pequeño toque de esa modernidad que tanto nos hace falta en Córdoba y que va llegando con cuentagotas. En los primeros días de 2018 la mayoría de las piezas fueron retiradas, puesto que el solar que las había albergado hasta entonces iba a ser edificado, y guardadas en la Atarazana Municipal de Medio Ambiente e Infraestructuras, a la espera de ver si podían ser reubicadas en otro punto de Córdoba. Pocos meses después habían desaparecido.


IMAGEN 2. Las esculturas, excepto el gato y los vencejos, han sido retiradas.


IMAGEN 3. Medianera de la Real Academia, ya sin esculturas.



     Desde el Ayuntamiento le pidieron a Elbi Elem que no denunciara el robo, ya que se iban a encargar de esclarecer el asunto y expedientar a la persona o personas responsables. Además, como contrapartida, sería indemnizada por la pérdida de su obra. A principios de 2020, un año y medio después de la desaparición, lo único que había conseguido la artista cordobesa fue un sinfín de llamadas y correos electrónicos sin contestar, idas y venidas a los juzgados y un trato por parte del equipo de Gobierno que calificó como "degradante".


IMAGEN 4. El gato, oteando el horizonte en busca de sus compañeras.



     He intentado ponerme en contacto con ella para averiguar en qué punto se encontraba la cuestión a día de hoy pero aún no lo he conseguido, aunque me temo que desde el 2020 hasta ahora poco o nada habrá cambiado, y que seguramente tenía razón cuando afirmó que «Por lo visto, no soy la única que denuncia que se han enajenado o destruido esculturas de artistas cordobeses, y que eran incluso patrimonio artístico de la ciudad y hoy día forman parte de la decoración de algunas casas particulares».


Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACIÓN
- Prensa local

IMÁGENES
- Imagen 1: Cordópolis
- Imágenes 2, 3 y 4: Fotografías tomadas por el autor