viernes, 27 de diciembre de 2024

EL DÍA EN QUE SE DERRUMBÓ LA MEZQUITA DE CÓRDOBA

     Miércoles, 28 de diciembre de 1932, 09:00 horas de la mañana. Los vecinos de las viviendas próximas a la Mezquita comienzan a escuchar unos extraños ruidos. Al principio no les dan mayor importancia, pero éstos no dejan de sonar y pronto se ven acompañados de alaridos y lamentos. Localizado el origen de tal algarabía, la multitud comienza a abarrotar el Patio de los Naranjos para comprobar que, como si de una pesadilla se tratara, la Mezquita ha comenzado a derrumbarse sobre un buen número de turistas.


IMAGEN 1. Portada del diario La Voz.
     La versión oficial, conocida a las 2 de la tarde, achacaba el terrible accidente a las excavaciones que el arquitecto Félix Hernández estaba realizando en el edificio, en busca de los muros que en su día ya encontró Ricardo Velázquez Bosco y pertenecientes, supuestamente, a una basílica visigoda. La versión popular era totalmente diferente: días atrás, una señora que se encontraba rezando en el interior del templo había visto cómo un individuo mal vestido frotaba con fuerza una lima contra una de las columnas. Avisada la Guardia Civil, el sospechoso fue detenido para ser puesto en libertad unas horas después, al parecer que se trataba de un perturbado. La creencia de que era uno de los artífices del atentado, que se había hecho el loco para disimular, comenzó a cobrar cuerpo.

     Los derrumbamientos continuaron hasta las 14:30, y hasta ese momento nadie se había atrevido a entrar al interior de la Mezquita. Los primeros que lo hicieron comprobaron que de las 1.200 columnas que soportaban la techumbre de la misma tan sólo habían quedado en pie 12. Poco a poco se comenzó a rescatar cadáveres de entre los escombros. Siete fueron las primeras víctimas localizadas: un matrimonio de turistas checoslovacos, el vecino de Córdoba Rafael González "Rafaé", quien parece ser que se encontraba allí por orden del Patronato Nacional de Turismo, dos reporteros que fueron sorprendidos por los últimos derrumbes y otras dos personas sin identificar.


IMAGEN 2. Excavaciones en la Mezquita.
     Sobre las 16:00 se daba a conocer la identidad de estas dos últimas víctimas. Al primero se le había encontrado un pasaporte a nombre de Iván Petroski, aunque se dudaba de la autenticidad del documento y se tenía por cierto que se trataba del "zarevitz" Alexis Romanov, hijo del zar de Rusia y que se encontraba desde hacía un tiempo en nuestra ciudad. El otro fallecido era un arqueólogo y fascista italiano que habría venido a conocer al político derechista Antonio Goicoechea Cosculluela. En la Mezquita se temía que las doce columnas supervivientes acabaran por derrumbarse.


IMAGEN 3. Vista de los restos hallados.
     La noticia corrió pronto como la pólvora y camiones atestados de curiosos comenzaron a llegar a la capital desde varios pueblos de la provincia. Mientras tanto, en Madrid, los periodistas intentaban localizar al ministro de Gobernación Santiago Casares Quiroga para poder entrevistarle, aunque éste había salido hacia el Congreso de los Diputados sin conocer la noticia. No lo encontraron allí y sí al diputado por Córdoba Antonio Jaén Morente, quien inmediatamente salió hacia su tierra acompañado de otros diputados.

     Increíble, ¿Verdad? Y falso además, como sabe todo aquél que a diario puede disfrutar de nuestro incomparable monumento. En realidad se trata de una inocentada que el diario madrileño La Voz incluyó entre sus páginas tal día como hoy, hace 92 años. Espero que os haya tenido entretenidos un rato.


Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACIÓN
- La Voz (Madrid) 28/12/1932, pág. 3. Hemeroteca Digital, Biblioteca Nacional de España.

IMÁGENES
- Imagen 1: Noticia de la página 3 del diario La Voz.
- Imágenes 2 y 3: Fotografías de A. Torres, publicadas en la revista Crónica 04/12/1932, pág. 5. Hemeroteca Digital, Biblioteca Nacional de España.

viernes, 20 de diciembre de 2024

ENFERMOS EN LA CÁRCEL

     Para hacerse una idea de las condiciones en que se encontraban los presos en la cárcel de Córdoba a finales del siglo XIX, a veces basta con mirar el tipo y número de enfermedades que los llevaban a pasar por la enfermería. A modo de muestra, vamos a ver las causas por las que algunos ingresaron en diciembre de 1886, según el listado enviado al Ayuntamiento por el director de la cárcel, Manuel García.


IMAGEN 1. La cárcel en el Alcázar.



     De 64 hombres y mujeres ingresados ese mes, 59 en la Cárcel de Audiencia y 5 en el Correccional, el mayor número lo representaban los que padecían enfermedades relacionadas con el aparato respiratorio, tales como catarro, catarro bronquial, catarro pulmonar, catarro bronquial crónico, tuberculosis pulmonar, angina catarral, anginas crónicas, asma bronquial o fiebre catarral. En total 30 presos, lo que supone casi la mitad de los ingresados, un 46,87%, lo que sugiere que las celdas en las que pasaban su condena no estaban obviamente preparadas para los rigores del invierno y que la ropa de abrigo brillaría por su ausencia.


IMAGEN 2. Otra vista del Alcázar.



     En el siguiente grupo se encontraban los afectados por enfermedades que atacan al aparato digestivo, entre las que se podían ver saburra (1), saburra gástrica, dispepsia (2), dispepsia biliosa, estomatitis, vermes intestinales (3), diarrea o gastralgia (4). Con estas dolencias ingresaron 15 presos, un 23,43%, afectados seguramente por una más que probable mala calidad de la comida que ingerían y, quizás, del agua que bebían.


IMAGEN 3. Celda en el Alcázar.
     Úlceras, erisipela (5), herpes, eccemas o verrugas eran las enfermedades relacionadas con la piel que presentaban algunos de los presos, debidas quizás a una higiene deficiente, excepto las verrugas, claro, que ya vendrían de casa. Siete presos pertenecían a este grupo, lo que representaba el 10,93% del total. Porcentajes prácticamente simbólicos se referían a otras dolencias como entesitis (6) aguda o reumatismo, relacionadas con el aparato locomotor, o cefalalgia, con el sistema nervioso, además de una herida en la mano, un flemón, una hemorragia y una fiebre intermitente, estas dos últimas sin especificar el origen que las causaba. 

     Había otros cuatro presos más cuyos diagnósticos no he logrado descifrar, al no encontrar enfermedades actuales que se asemejen a lo que aparece escrito en el listado, aunque supongo que podrían encuadrarse en alguno de los grupos de enfermedades ya expuestos, y que no creo que afecten al hecho de que al menos el 81,23% de los presos ingresados, según mi entender, comían y bebían en malas condiciones mientras cumplían sus penas en celdas frías y sucias.


Rafael Expósito Ruiz.


(1) Saburra: Secreción mucosa espesa que se acumula en las paredes del estómago. Capa blanquecina que cubre la lengua por efecto de la saburra.
(2) Dispepsia: Enfermedad crónica caracterizada por la digestión laboriosa e imperfecta.
(3) Verme: Gusano y, en especial, lombriz intestinal.
(4): Gastralgia: Dolor de estómago.
(5): Erisipela: Inflamación microbiana de la dermis, caracterizada por el color rojo y comúnmente acompañada de fiebre.
(6): Entesitis: Proceso inflamatorio de la entesis, que es la zona de inserción en el hueso de un tendón, un músculo, hasta un ligamento.




DOCUMENTACIÓN
- Relación nominal de los enfermos habidos en el mes de diciembre de 1886. Expedientes varios. Archivo Municipal de Córdoba.

IMÁGENES
- Imagen 1: Fotografía extraída del grupo de Facebook "Fotos antiguas de Córdoba-España".
- Imágenes 2 y 3: Fotografías de Ladis. Archivo Municipal de Córdoba.

viernes, 13 de diciembre de 2024

NI ERA SANTA, NI SE LLAMABA VICTORIA

      Y, para más INRI, ni siquiera existió. Hablamos de la conocida como santa Victoria, hermana del también santo Acisclo, mártires cordobeses que según la tradición habrían sido asesinados por orden del emperador Diocleciano en el año 304 de la era presente, y que acabarían convirtiéndose en patronos de nuestra ciudad. Pues parece ser que no hubo tal hermana, o al menos es lo que se intentaba demostrar en la Tesis "Pasionario Hispánico", que el Doctor en Historia Eclesiástica Àngel Fàbrega i Grau defendió en 1950, publicada posteriormente por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y con la que obtuvo el premio Francisco Franco por dicha institución y la Medalla de Oro del Papa Pío XII por la Universidad Gregoriana de Roma. Desde luego no es moco de pavo.


IMAGEN 1. Los mártires cordobeses. Arriba y a la izquierda, Acisclo y Victoria sentados.



     La afirmación sobre la no existencia de la tal Victoria está sustentada básicamente, según Àngel Fàbrega, en el hecho de que aunque existen referencias escritas muy tempranas sobre san Acisclo no pasa lo mismo con su supuesta hermana. La mención más antigua al santo se encontraría en el Peristephanon o Libro de las Coronas, del poeta Aurelio Prudencio Clemente (348-c. 413), en el que se puede leer «Corduba Acisclum dabit et Zoéllum Tresque coronas» (Córdoba dará tres coronas a Acisclo y Zoilo). El Martirologio Jeronimiano, en el siglo V, lo vuelve a mencionar, y en el siglo VI parece ser que ya tenía una basílica dedicada en su nombre en los alrededores de Córdoba, la cual habría sido profanada por el rey godo Agila cuando la usó como establo mientras estuvo sitiando la ciudad, según cuenta Isidoro de Sevilla. De Victoria, hasta ahora, ninguna noticia.


IMAGEN 2. Ermita de los Santos Mártires.



     Parece que la primera aparición de la supuesta hermana de Acisclo en los textos ocurrió en el Martirologio de Lyon, un catálogo de mártires y santos católicos escrito en la ciudad francesa antes del año 806, en el que se lee: «Cordubae, in Hispaniis, passio sanctorum martyrum Aciscli et Victoriae, ubi ob commemorationem pretiosae mortis eorum, eodem die rosae orate divinitus colliguntur» (En Córdoba, España, la pasión de los santos mártires Acisclo y Victoria, donde, en conmemoración de su preciosa muerte, el mismo día, se recogen rosas en oración al divino). Habían pasado alrededor de cinco siglos después de su supuesto martirio, tiempo éste en el que sí se escribía sobre su "hermano". Y es curioso que, mientras Victoria aparece como de la nada en este Martirologio francés, en Córdoba, la que habría sido su patria en caso de haber existido, no se sabe nada de ella inmediatamente después, ya que ni el sacerdote y escritor Eulogio (800-859) ni el obispo Recemundo (c. 908-980), ambos cordobeses, la mencionan en ningún momento en sus escritos.


IMAGEN 3. Hornacina en que se veneraba a Acisclo y Victoria.



     ¿De dónde salen entonces no sólo la figura sino toda la historia creada alrededor de Victoria? Àngel Fàbrega apunta dos posibilidades: «Se ha dicho, para encontrar alguna solución, que esta santa Victoria era una santa africana que más tarde la liturgia mozárabe nacionalizaría como española, caso parecido al de san Marcelo de León 12 ; se ha hecho la suposición de que el autor del Lionés la sacó del Jeronimiano que propone una santa Victoria en el día 17 de noviembre, la vigilia del día en que, de acuerdo con el calendario de Recemundo, celebra a san Acisclo. Pero tal como están los estudios de nuestra liturgia hoy día, no se puede dar ninguna solución definitiva».


IMAGEN 4. Colegio Santa Victoria.



     Añade el Doctor Fábrega, además, una solución propia, y es que el nombre y la persona de Victoria se deban a una mala interpretación del prólogo de la misa del Sacramentario, que dice «Similiter quoque et sanctis eius referamus gloriae hymnum, qui pro eo victoriae summum ex hoste capuere tropheum» (De la misma manera, cantemos un himno de gloria a sus santos, que por él tomaron del enemigo el trofeo más alto de la victoria). Un «argumento muy frágil» este último para el académico José María de Mena Calvo (1923-2018), quien en 1994 escribiría que el hecho de que san Eulogio obviara a Victoria en sus obras se debía a que a su regreso de un viaje a Cataluña, a partir del cual aparecen referencias a San Acisclo en el «Camí de Sant Iscle, que va desde Barcelona al pueblo de Montcada y Reixac, y más tarde un Carrer de Sant Iscle, en el pueblo de Sant Andreu de Palomar», el santo cordobés se habría encontrado en Córdoba con la persecución mahometana y «tenía, pues, otros temas, no curiosidades históricas, en que ocuparse». Con un par.


IMAGEN 5. Iglesia de Santa Victoria.



     También Julián Hurtado de Molina Delgado, cronista oficial de Córdoba, ha tratado más recientemente el tema de la supuesta hermana de Acisclo, en su obra "Orígenes del culto a los mártires hispanorromanos Santos Acisclo y Victoria, Patronos de Córdoba y su Diócesis", en la que afirma que el martirio de ésta probablemente esté calcado del de santa Cristina, una mártir venerada en Italia, y que tanto esta opción como la de la interpretación errónea que ofrecía Àngel Fàbrega son compatibles, y que «posiblemente de la conjunción de ambas puede valorarse la explicación más acertada al respecto». ¿Existió entonces Victoria? Para mí tiene más pinta de ir ganando el "no" que el "sí", pero que cada uno saque sus propias conclusiones.


Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACIÓN
- Algunas reflexiones sobre el problema histórico de santa Victoria, 1994. José María de Mena Calvo. B.R.A.C. n.º 127.
- Orígenes del culto a los mártires hispanorromanos Santos Acisclo y Victoria, Patronos de Córdoba y su Diócesis, 2007. Julián Hurtado de Molina Delgado.
- Pasionario Hispánico (Siglos VII-XI), 1953. Àngel Fàbrega i Grau.

IMÁGENES
- Imagen 1: Panel de azulejos situado en el jardín interior de la Casa Sacerdotal San Juan de Ávila, en la calle Amador de los Ríos, que reproduce la litografía de Ángel María Barcia Pavón. retabloceramico.org.
- Imágenes 2 y 4: Fotografías compartidas por Lolo Cordoba en el grupo de Facebook HISTORIA DE CÓRDOBA EN IMÁGENES.
- Imagen 3: Postal fotográfica en la que se aprecia el aspecto del Puente Romano hacia 1905, extraída de un artículo de Antonio Jesús González. diariocordoba.com.
-Imagen 5: Iglesia de Sant Iscle i Santa Victòria en Surp, comarca del Pallars Sobirà, Cataluña. Fotografía de Josep Grin, extraída de Wikipedia.

viernes, 6 de diciembre de 2024

EL ORIGEN DE VILLAVICIOSA DE CÓRDOBA

     Nací en Córdoba hace ya casi 53 años, y podría haberlo hecho en Villaviciosa de no ser porque mis abuelos, tanto paternos como maternos, decidieron trasladarse a la capital en los años 60 del siglo pasado, trayendo con ellos a los que más tarde serían mis padres. El caso es que, aunque nací aquí, siempre he considerado a Villaviciosa como mi pueblo, si bien es cierto que llevo ya bastantes años sin ir, y que las últimas visitas han sido motivadas por bodas, bautizos o funerales. Aún tengo familia viviendo allí, así es que aprovecho para dedicarles el relato que el doctor y poeta cordobés Enrique Vaca de Alfaro (1635-1685) hizo sobre el origen de "mi pueblo" en el siglo XVII:



IMAGEN 1. Vista parcial de Villaviciosa de Córdoba.


     
     «La población del sitio comenzó assí: en la ciudad de villabiciosa de Portugal que era del Duque de Braganza poco despues de su conquista fue hallada la Santa Imagen de nuestra Señora en un hoyo que se hizo para hechar un Mugrón, con resplandores de luzes en una caja de Plomo, y en el sitio le fabricaron Iglesia y alli fue venerada con Milagros; refriose la deboción con los años y un Pastor dela comarca Baquero llamado fernando tomo la santísima Imagen se bino á cordova y en su Plaza se acomodo por ganadero de vacas y paso á Guardarlas á este sitio que era Dehesa llamada las Gamonosas donde se apacentaban los ganados por Pasto común, allí fernando en el sitio donde esta la población hallo un alcornoque con una concavidad, y en ella ponía la santísima Imagen y le cantaba y baylaba con un Rabel que traya, y puesto de Rodillas hacia ora oración y pasaba alli, las mas noches hablando con la virgen;


IMAGEN 2. Fernando rezando a la virgen en el alcornoque.
Los Portugueses de villaviciosa, binieron á buscarlo, y hallandolo lo prendieron y se lo llevaron a Portugal, allí fue sentenciado á horca; la noche clamo fernando a María santísima le librase, a la mañana acudio la justicia para sacarlo a ahorcar y hallaron el calabozo solo; Bolbieron otra vez á las Gamonosas y hallaron a fernando festejando a su santísima Imagen, lo volvieron a prender y en la ultima hornada antes de llegar a villaviciosa, se hallaron otra vez en Gamonosas, y admirados dejaron allí á fernando con la Imagen y repartieron; entonzes María santísima comenzó a obrar Milagros con los que benían a pedirle, sanando enfermos, dando bista a ciegos, pies a cojos, etc., y obligados y Reconocidos los vecinos de Córdoba junto el Alcornoque, en el sitio donde oy la villa, labraron iglesia a su Magestad y exijieron una cofradía á su culto, cuias Reglas aprobó Don fr. Juan de Toledo obispo de cordova por su Provisor y vicario general el Licenciado Diego fernandez de Pineda en 11 se Septiembre de 1528, y en cordova se establecieron en la hermita de San Juan de Letran, Muerto fernando fue sepultado en la hermita de villabiciosa, con cuyo nombre se quedo la santísima Imagen y alli, era venerada en continuas Romerias, y serbida de su hermandad.


IMAGEN 3. La ermita, antes de retirarle los adosados.


     Año de 1529 por falta de Agua por la Primera vez se trajo á la Iglesia del Salbador de cordova la Santa Imagen y en 4 de Abril de el á la Cathedral, y llobió, aqui permanecio hasta el de 1531 que se bolbio á villabiciosa.


IMAGEN 4. La ermita en 1974.
     Un Pastor hurto á su Magestad y se la llebo á Antequera donde era Natural y por los años de 1560 un vecino de cordova la encontro en un hospital, dio parte y paso á traerla nuestro Dean Don Juan fernandez de cordoba quien la coloco en un Palenque en el campo de la verdad, donde el cabildo dela cathedral celebro fiesta y Predico el canonigo Juan Perez de Balenzuela y se trajo á la Iglesia mayor concurriendo el cabildo dela ciudad, despues se llebo á su hermita y el cabildo eclesiastico puso un capellan que guardase el Santuario, le fabrico casa y Hospederia y quedo por Patrono y administrador dela Iglesia y sus vienes.
     Continuo la Debocion con aumentos con su Magestad; el sitio era mui frecuentado, se llamo villabiciosa, los Prodigios eran continuados, la Santa Imagen era traida á cordoba en sus afliciones y especial en las faltas de Agua, que siempre llegaba á la ciudad Mojada; Labrose Meson y algunas casas, Plantaronse viñas, formaronse haciendas y se empezo á desmontar y beneficiar el terreno»


IMAGEN 5. Otra vista de Villaviciosa de Córdoba.



     El relato está sacado de la obra "Manuscritos del Dr. Enrique Vaca de Alfaro, historiador de Córdoba", y es parte de una descripción más extensa que hace de la villa de Villaviciosa (hasta 1916 no pasó a llamarse Villaviciosa de Córdoba). Me he centrado únicamente en el hecho que dio origen al pueblo, para no aburrir demasiado al personal, y he preferido dejarlo tal y como aparece en el manuscrito y no modificar aspectos como la ortografía o el uso de algunas expresiones, porque creo que es relativamente fácil su lectura. La obra completa, para quien le interese, se puede ver y descargar en la página web de la Biblioteca Digital Hispánica.


Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACIÓN
Manuscritos del Dr. Enrique Vaca de Alfaro, historiador de Córdoba. Biblioteca Digital Hispánica.

IMÁGENES
- Imágenes 1, 2, 4 y 5: Fotografías de la colección "pueblos cordobeses", 1974. Francisco Solano Córdoba. ARCHIVO GENERAL DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE CÓRDOBA.
- Imagen 3: Fotografía extraída de la obra "Imágenes del Guadiato y Alto Guadalquivir", 2010. ARCHIVO GENERAL DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE CÓRDOBA.

viernes, 29 de noviembre de 2024

LA LOSILLA DE LOS ODREROS, UN PEDESTAL DE ESTATUA PERDIDO Y VUELTO A ENCONTRAR

     Existe un manuscrito en la Biblioteca Nacional, copia del siglo XVIII de otro anterior de Juan Fernández Franco (ca. 1520-25 - 1601), titulado "Antigüedades y memorias romanas de España". Su contenido resulta bastante obvio, creo que el título ya lo dice todo pero, entre esas antigüedades de las que se habla en él, hay una que me ha llamado la atención: un pedestal de estatua que los cordobeses de a pie conocían como "la losilla de los Odreros", sobre el que Fernández Franco dice lo siguiente:


IMAGEN 1. La losilla de los Odreros.



     «En la Cibdad de Cordova junto á la Corredera está una piedra mui grande de marmol cardeno quadrada que le nombran la Losilla de los Odreros, y tiene en el cantero de la piedra esta Inscripcion; es mui notable y antigua; es dedicacion que la Colonia patricia, esto es, la Cibdad de Cordova hizo en honra de Lucio Manlio hijo de Aulo Manlio, y nieto de Aulo Manlio del tribu Galeria tribuno de los Caballeros, esto es, Capitan de la Legion quindecima, Duumviro en los sacrificios, que era uno de dos para aquel efecto, y Prefecto juridicundo, que era Asistente en la Cibdad para la jurisdicion...»


IMAGEN 2. El pedestal, como aparece dibujado en el manuscrito.



     La denominación de "losilla de los Odreros" se debía a que estaba en algún punto de la actual calle Sánchez Peña, conocida anteriormente por la de los Odreros ya que, según Teodomiro Ramírez de Arellano, «este era el punto destinado a la venta de odres, ó sean los pellejos preparados para el trasporte de aceite, vinos y vinagre, vulgarmente llamados colambres». Lo de "losilla" era puro cachondeo cordobés, ya que el pedestal era de un tamaño considerable. El cronista cordobés Ambrosio de Morales (1513-1591), profesor de Fernández Ruano, escribiría en 1575 sobre él, aunque para esa fecha ya no se encontraba en su sitio:

     «Tambien por la lindeza de las letras se juzga aver sido desta ciudad antigua la gran piedra, llamada comunmente la losilla de los odreros. Losilla la llaman como por donayre, siendo una losa grandissima, y de los odreros, por estar en la calle de los deste officio, aunque ya no esta alli. Fue basa de estatua; y dize la dedicacion...»


IMAGEN 3. La calle Odreros (Sánchez Peña) desde la Corredera.



     Posteriormente, el historiador jesuita Pedro Díaz de Ribas, en 1627, el fraile agustino Enrique Florez, en 1747, y el también jesuita Francisco Ruano, en 1760, hablarían sobre él en sus respectivas obras, aunque ninguno de los tres conoce el destino del mismo. No sería hasta 1836, y gracias a la casualidad, que se averiguaría su paradero exacto, como se puede leer en el madrileño "El Español, diario de las doctrinas y de los intereses sociales":

     «En 3 de mayo de 1836 con el motivo de haberse trasladado la pila bautismal de esta parroquia de San Pedro de Córdoba del sitio donde ha estado muchos años, que era entrando por la puerta mayor, á mano derecha, y haberla colocado al lado de la izquierda en una capilla mas decente, se ha descubierto, que la piedra que servia de solera para afirmar el pie de dicha pila, es una losa de piedra lastreña negra, de una vara una tercia y una pulgada de largo, una vara y dos pulgadas de ancho, y una tercia y tres pulgadas de grueso, en el cual por un lado tiene la inscripcion siguiente:

L. MANLIO
A. N. GAL. BO
RIB. MIL. LEG
II VIR. PRAE
VR. DIC. DD. C

     Por el recorte de algunas letras, que se le advierten faltas, se conoce que para acomodarla á dicho sitio le cortaron mucha parte del grueso de la losa; pero sin embargo, se conoce evidentemente que es la misma que publicó el padre Flores en su España Sagrada...»


IMAGEN 4. Entrando, a la derecha, donde estuvo la pila bautismal.



     De modo que, en algún momento entre 1550 (1) y 1575, el pedestal fue retirado de su ubicación en la calle Sánchez Peña y trasladado a la ahora basílica menor de San Pedro para que sirviera como peana de la pila bautismal, no sin antes haberlo recortado para que se ajustara a las medidas necesarias. Supongo que fue colocado tumbado y, tal vez, con la inscripción mirando hacia la pared, de otra forma no encuentro explicación al hecho de que durante tres siglos ninguno de los escritores que la mencionaron supiera que estaba allí.

     Una vez librado del peso del agua bendita sobre sus riñones, el presbítero José González mandó que el pedestal fuese colocado «en la esquina de la pared del postigo de la sacristía, para que se conserve la memoria de esta inscripcion, y está de modo que se ve la misma inscripcion, y el pie que servía de base á la pila bautismal». Así es que lo único que me faltaba era ir a verlo con mis propios ojos, pero hete aquí (siempre he querido usar esta expresión) que cuando accedí al interior de la basílica no encontré el pedestal, ni junto a la sacristía ni cerca de ella.


IMAGEN 5. Entrada a la sacristía.



     El empleado del Cabildo, encargado de controlar el acceso de visitantes a la basílica de san Pedro, me había acompañado amablemente a la puerta de la sacristía para corroborar que, efectivamente, el pedestal no se encontraba allí. Estuvimos charlando algunos minutos y, tras comentarme la posibilidad de que éste hubiera sido retirado tras alguna de las reformas que sufrió la basílica, me sugirió que mirase en el patio exterior trasero, en el que había algunos restos antiguos.


IMAGEN 6. La losilla, junto a unos macetones.



     Efectivamente, en un patio cerrado al público, aunque visible su interior desde la calle a través de unas rejas de hierro, se encontraba el ansiado pedestal, o al menos lo que queda de él porque, como se decía en el artículo del periódico, había sido mutilado cortándole una considerable cantidad del grueso, eliminando así parte de la inscripción original. En el lateral más afectado, muestra además el rebaje en el que se encastró el pie de la pila bautismal y parte del mismo aún empotrado, confirmando el hecho de que, como me parecía más lógico, el pedestal estuvo tumbado mientras sirvió como peana.


IMAGEN 7. Restos del pie de la pila en un lateral de la losilla.



     Es cierto que, aunque puede ser contemplada por cualquiera, la losilla de los Odreros está "escondida a la vista de todos" y seguramente muy pocos se percaten de su presencia. Tal vez estaría mejor en el Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba, donde estaría protegida de los elementos y sería más factible el poder verla de cerca, además de evitar que a alguien se le ocurriera volver a reutilizarla.


Rafael Expósito Ruiz.  




(1) Desconozco la fecha en que Fernández Franco describió el pedestal, aunque en la década de 1550 regresó a Córdoba después de haber estudiado en Alcalá de Henares, y bien pudo ser en esas fechas cuando realizó el manuscrito, aunque esto es una apreciación personal sin ningún fundamento.




DOCUMENTACION
- Antigüedades y memorias romanas de España, Juan Fernández Franco.
- De las Antigüedades y Excelencias de Córdoba, 1627. Pedro Díaz de Ribas.
- El Español, diario de las doctrinas y de los intereses sociales, n.º 226, 13 de junio de 1836. Biblioteca Nacional de España.
- España Sagrada. Teatro Geográfico-Histórico de la Iglesia de España, 1747. Enrique Florez.
- Historia General de Córdoba, 1760. Francisco Ruano Girón.
- Las antigüedades de las ciudades de España, 1575. Ambrosio de Morales.
- Paseos por Córdoba, o sean apuntes para su historia, 1873-1877. Teodomiro Ramírez de Arellano y Gutiérrez

IMÁGENES
- Imágenes 1, 3, 4, 5, 6 y 7: Fotografías del autor.
- Imagen 2: Ilustración del manuscrito de Juan Fernández Franco.

viernes, 22 de noviembre de 2024

EL DIA QUE DERRIBARON LA PUERTA DEL RINCON

     El 8 de noviembre de 1852 comenzaba la demolición de la conocida como Puerta del Rincón, llamada así por encontrarse en el rincón que formaban dos lienzos de las antiguas murallas de Córdoba, el de la Medina que venía desde la Puerta de Osario y el de la Axerquía, que arrancaba en este punto en dirección a la Torre de la Malmuerta. No era la primera que desaparecía en nuestra ciudad y por supuesto no sería la última, aunque a diferencia de otras que caerían a partir de 1868, gracias a un bando de la Junta Revolucionaria de Córdoba, presidida por el aún conde de Hornachuelos, que declaraba «abolidas las murallas que circundan esta población», la del Rincón hubo de ser demolida debido a su mal estado.


IMAGEN 1. Lugar donde se encontraba la Puerta del Rincón.



     Tan sólo tres días antes, el 5 de noviembre de 1852, el arquitecto municipal Pedro Nolasco Meléndez dirigía un informe urgente al Alcalde Corregidor, el citado conde de Hornachuelos, acerca precisamente del estado de la Puerta:

     «En vista del resultado de las observaciones y reconocimiento que he practicado en la Puerta nombrada del Rincón a causa de algunas señales de sentimiento que incidentalmente observé después de ocurrido el último temblor de tierra que se sintió en esta Ciudad hace algunos días, me hallo en la necesidad de denunciarla ante V. S. pues tanto cuanto la fábrica aparece pesada y firme tanto es más comprometida la estabilidad a causa de que el sentimiento inferior a su base es de aquellos que no permiten reparación de ningún género y la demolición es por tanto indispensable y perentoria.»


IMAGEN 2. La Puerta del Rincón en 1851.




     No debió de ser muy importante el temblor, de hecho, excepto la mención que el arquitecto hace de él en su informe, no he encontrado referencia alguna a ningún terremoto digno de ser anotado en esa fecha en Córdoba, España o Europa, aunque sí lo suficiente como para sacar a la luz la inestabilidad de la Puerta, que probablemente venía ya de lejos. En cualquier caso, dado que era una de las entradas más concurridas de la ciudad y que junto a ella había instalado un fielato, la idea era reconstruirla después.


IMAGEN 3. «el último temblor de tierra que se sintió en esta Ciudad...»



     El fielato se trasladó provisionalmente a la Puerta de Osario, pero en vez de rehacer la del Rincón en el mismo sitio se decidió que lo mejor sería hacerlo en la parte alta de la cuesta, sitio más cómodo y más amplio como entrada a la ciudad. Además, la nueva puerta contaría con tres vanos, uno central para los carruajes y dos laterales para los transeúntes, cerrados los tres con verjas de hierro.


IMAGEN 4. Lugar al que se pretendía trasladar la puerta.



     El proyecto de esta nueva puerta tan "ostentosa", sobre la que se pensaba colocar una inscripción en la que apareciesen el nombre de Isabel II, la fecha de construcción y los fondos usados para construirla, nunca llegó a ver la luz y, después de haber derribado la antigua, se levantaron de manera provisional dos columnas entre las que se colocó una cancela. Hablar en Córdoba de "provisionalmente" es lo mismo que decir que la cosa va para largo, como veríamos muchos años después con las casitas portátiles en las barriadas de las Moreras o las Palmeras, y el 11 de febrero de 1854, trece meses después del derribo, se leía lo siguiente en la prensa:

     «Cuando después de haber sido destruida, porque amenazaba inminente ruina la puerta del Rincón, vimos que abandonado el proyecto de levantarla como corresponde á nuestra capital, se hizo en ella una obra raquítica de dos machones, en los que descansaba una puertecilla como de cochera ó de cancela de una huerta, dijimos: que solo podía tolerarse aquello si era puramente interino, y para que no se molestara á las muchas personas de aquel barrio que traen géneros que pagan á la entrada, con tener que subir a la puerta del Osario. Van transcurriendo desde entonces días y meses sin que sepamos que se trata de hacer la obra proyectada, y no podemos menos de escitar el celo de la autoridad competente para que dándose impulso al espediente veamos realizado el pensamiento que ya fue estendido en un plano por el arquitecto de la ciudad».


IMAGEN 5. Bajada hacia la Puerta del Rincón.



     El día 27 de abril de 1865, más de doce años después desde que comenzó el asunto, se decidió en sesión del Ayuntamiento «demoler los restos de la antigua puerta y reformar en cuanto sea posible el pavimento de la vía para suavizar en lo posible la pendiente que ecsiste hasta el campo de la Merced...» La desaparición total de lo que aún quedaba de la Puerta del Rincón comenzó el siguiente 9 de mayo.


Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACION
- Autos seguidos sobre la demolición y reconstrucción de la puerta denominada del Rincón. 1852. SF/C 00101-014. Archivo Municipal de Córdoba.
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
- Expediente relativo al mejoramiento y ensanche de la puerta del Rincón. 1865. SF/C 00101-025. Archivo Municipal de Córdoba.
- Las puertas y murallas del Campo de la Merced de Córdoba: La Puerta del Rincón y su entorno urbano, 2019. Jesús Padilla González.

IMAGENES
- Imágenes 1 y 5: Fotografías del autor.
- Imágenes 2 y 4: Secciones del plano de Córdoba de 1851, de José María de Montis, editadas por el autor.
- Imagen 3: Recorte del expediente del Archivo Municipal de Córdoba "Autos seguidos sobre la demolición y reconstrucción de la puerta denominada del Rincón", editado por el autor.

viernes, 15 de noviembre de 2024

PROSTÍBULOS CORDOBESES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX

     No tengo muy claro por qué se suele decir que el oficio más antiguo del mundo es el de la prostitución, teniendo en cuenta que las primeras prostitutas de la historia, o los primeros prostitutos, comían, vestían y se cobijaban, por poner sólo unos ejemplos, gracias a la actividad de profesiones ya existentes. No es que la cuestión me preocupe demasiado, más allá de la simple curiosidad, pero no sabía como empezar esta entrada y me he puesto a divagar un poco.


IMAGEN 1.



     El caso es que antiguo sí que es el tráfico carnal, y universal como la mayoría de los oficios, y Córdoba no se escapa del grupo de ciudades en las que se practicaba, y aún se practica, este tipo de actividad. En la segunda mitad del siglo XIX, y aunque estaba mal vista por la sociedad, no era una actividad ilegal y clandestina sino que estaba permitida y regulada, como se deduce de una propuesta de modificación, de finales de siglo, de ciertos artículos del Reglamento de Higiene. Algunas de estas modificaciones eran las siguientes: «las dueñas de las casas de lenocinio no podrán establecer su tráfico sin solicitarlo previamente de la Alcaldía; en la instancia deberán prestar su asentimiento los vecinos inmediatos á la casa en que se proyecte el establecimiento del tráfico requerido; tres denuncias serán bastantes para que la autoridad local decrete la clausura de la casa...»

     Las casas en las que se ejercía la prostitución en Córdoba, o casas de lenocinio como hemos visto denominadas en la prensa, no estaban agrupadas en torno a una zona concreta de la ciudad, como podía ocurrir con otro tipo de oficios o gremios, sino que estaban dispersas por todo el callejero. Barrios como San Lorenzo, San Nicolás de la Villa, San Andrés, San Pedro, San Juan, Catedral, Compañía o San Miguel (1) contaban entre sus calles con una, dos, y hasta tres casas de lenocinio, en algunos casos, según noticias extraídas de la prensa de la época.


IMAGEN 2. Calles con prostíbulos en la segunda mitad del siglo XIX.



     El barrio de San Pedro es en el que más establecimientos de este tipo encontramos, un total de tres. Uno de ellos se encontraba en la calle San Eloy, que va desde la calle de la Palma hasta la de Alfonso XII. La "madame" del mismo recibió en septiembre de 1886 una brutal paliza a manos de dos vecinos de la calle, un hombre y una mujer, aunque se desconocen las causas que la provocaron. Otro más existía en la calle de la Rosa, que une la calle Carlos Rubio con la plaza de San Pedro, y un tercero en la calle Alcántara, que va desde la de Gutiérrez de los Ríos hasta la de la Palma, concretamente en la casa número 5.


IMAGEN 3. Calle San Eloy.




IMAGEN 4. Calle Morería.
     Dos de estos lupanares nos encontramos en San Nicolás de la Villa. El que más aparece en la prensa, sobre todo por los escándalos que en él se producían, era el de la calle Morería, en el lado de los números pares de la misma y cercano a la salida hacia la actual avenida del Gran Capitán. El ingeniero Duncan Shaw, responsable de la instalación de la antigua fábrica de plomo del Polígono de Chinales, denunció en su día a este prostíbulo precisamente por los numerosos escándalos y peleas que de desarrollaban entre sus paredes y a las puertas del mismo. El segundo prostíbulo de este barrio estaba en la plazuela de Aladreros.


IMAGEN 5. Calle Cardenal González.
     También dos casas de lenocinio podemos ver en cada uno de los barrios de la Catedral, San Juan y San Miguel. En el primero estaban situadas en las calles Zapatería Vieja, llamada así para diferenciarla de otra más nueva llamada Zapatería, y el segundo en la de Cardenal González, calle ésta en la que se ha ejercido la prostitución hasta no hace demasiado tiempo y en la que trabajó Ángela Ortigosa Artacho, mujer de José Manuel Marín García, que era hijo de los propietarios de la casa de recogimiento de la calle CáñamoLa actual calle Sevilla, en ese tiempo llamada de los Leones, y la contigua Málaga, entonces Siete Rincones, albergaban los prostíbulos del barrio de San Juan. Las de San Miguel se encontraban en la calles Góngora y Arca del Agua, esta última la actual Eduardo Lucena.

     San Andrés contaba también con dos prostíbulos. Uno de ellos se encontraba en la calle Duque de la Victoria, entre las calles Encarnación Agustina y Gutiérrez de los Ríos. En segundo estaba ubicado en la calle Huerto de San Andrés, en la actualidad Fernán Pérez de Oliva. En 1889 estaba regentado por Josefa Martínez Luque quien, a finales de ese año, fue asesinada a puñaladas por José Lozano León, con quien estaba manteniendo una relación.


IMAGEN 6. Calle Encarnación Agustina.



     Los dos últimos, de entre los que aparecen mencionados en la prensa, se encontraban en los barrios de San Lorenzo y en el de la Compañía. El primero estaba situado en la calle Pozanco de San Agustín, Pozanco a secas en la actualidad, «plazuela entre larga que dicen el Pozanco, por una gran hondonada que en lo antiguo formó y fué rellena cuando el arreglo del arroyo de San Lorenzo (1789.)», según Teodomiro Ramírez de Arellano, y el segundo en la de Pompeyos, calle que baja desde la plaza de la Compañía hasta la calle Ambrosio de Morales.


IMAGEN 7. Calle Pompeyos.


   
     Entiendo que ninguno de los establecimientos citados pervive en la actualidad, aunque algunos, como en el caso de la calle Cardenal González, se mantuvieran activos hasta no hace mucho tiempo y otros hayan pasado a sustituirlos. Aún se puede ver a las profesionales sentadas a la puerta de una de estas casas en la calle Caldereros, sin ir más lejos.


Rafael Expósito Ruiz.




(1) Denominación de los barrios según la división en Parroquias del plano de 1851 de José María de Montis.




DOCUMENTACIÓN
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
- Paseos por Córdoba. Teodomiro Ramírez de Arellano.

IMÁGENES
- Imagen 1. Extraída de "Sexo en la época victoriana: erotismo e higiene en la era de la "doble moral", infobae.com.
- Imagen 2: Sección del plano de 1884 de Casañal, editada por el autor.
- Imagen 3: Fotograma de la película "La tierra de los toros" (1924), subido por Antonio Moreno Bello al grupo de Facebook HISTORIA DE CÓRDOBA EN IMÁGENES.
- Imagen 4: Vista de la calle Morería, Ladis. Archivo Municipal de Córdoba.
- Imagen 5: Una calle y tipos del país. Calle Cardenal González, 1896. Rafael Garzón Rodríguez. Archivo Municipal de Córdoba.
- Imagen 6: Vista de la calle Encarnación Agustina, S.A. Archivo Municipal de Córdoba.
- Imagen 7: Vuillard dans une rue de Cordoue, son Kodak sous le bras et devançant les frères Bibesco, 1901. Pierre Bonnard. Musée d'Orsay.