miércoles, 27 de octubre de 2021

Los últimos días del Hotel Suizo

     No sé por qué pero mientras pensaba en un título para esta nueva entrada se me vino a la cabeza una mini-serie de 1984 llamada Los últimos días de Pompeya, adaptación de la novela homónima de Edward Bulwer Lytton escrita 150 años antes. La obra narra los acontecimientos inmediatamente anteriores a la destrucción de la antigua ciudad italiana por la erupción del volcán Vesubio, y me pareció adecuado aprovechar el título para relatar los instantes finales del que fue uno de los hoteles más emblemáticos de Córdoba, el Hotel Suizo. Más tarde, mientras buscaba información en la prensa de la época, me di cuenta de que el final de dicho hotel no fue cuestión de días ni de meses y había comenzado muchos años antes de su desaparición, pero ya no iba a cambiar el título.


IMAGEN 1. El Hotel Suizo visto desde la calle Gondomar.



     En la segunda mitad del siglo XIX los hermanos Fuster, Nicolás y Ambrosio Putzi Kopp, más conocidos como los hermanos Puzzini, adquirieron el solar de las Casas de la Encomienda de Calatrava, que ocupaban prácticamente la totalidad de la actual plaza de las Tendillas, y usaron una parte para edificar el Hotel Suizo. Durante años fue considerado el culmen de la modernidad y la elegancia en Córdoba, albergó a personalidades de la política y la sociedad tanto españolas como del resto del mundo y sin embargo no tardó demasiado tiempo en convertirse en el llamado "tapón de la calle nueva", y como tal estaba condenado a desaparecer.


IMAGEN 2. Recreación parcial del plano de 1895 para el proyecto de ensanche de la
plaza de las Tendillas y la creación de la calle Sánchez Guerra.



     Ya en 1908, bajo la alcaldía de Antonio Pineda de las Infantas, se había puesto sobre la mesa la idea de derribar el edificio. La primitiva y diminuta plazuela de las Tendillas había sido ampliada expropiando la parte del solar de la Encomienda que los hermanos Puzzini no habían edificado y se pretendía dar aún más extensión a la misma. El proyecto finalmente no se llevó a cabo y en 1913 el alcalde Salvador Muñoz Pérez volvió a intentarlo. Para esta nueva ampliación sería necesario solicitar un préstamo de tres millones de pesetas que cubriera esta y otras reformas proyectadas, ya que el Ayuntamiento no disponía de la liquidez necesaria para tal fin y para levantar la hipoteca que pesaba sobre el mismo. El contrato para la venta no se firmó hasta el 5 de diciembre de 1914, siendo ya alcalde Manuel Enríquez Barrios, tras la medición y tasación del terreno que ocupaba el hotel por el arquitecto municipal, quien valoró en 592.400 pesetas los 1.752 metros del mismo. El precio final de venta se fijó en 560.000 pesetas.


IMAGEN 3. Ubicación aproximada del Hotel Suizo en la plaza de las Tendillas.



     En un principio la idea era derribar únicamente la parte del hotel necesaria para que la calle Claudio Marcelo desembocara en la entonces llamada plaza de Cánovas, hoy Tendillas, dejando el resto para albergar el Ayuntamiento o las nuevas oficinas de Correos. El espacio liberado tendría unos 808 metros, suficientes para conseguir que el eje de Claudio Marcelo coincidiera con el de la calle Gondomar. Más tarde se pensó en que los solares de la calle Sánchez Guerra, la que pasaba entre el edificio del Suizo y el actual de Telefónica, serían más idóneos para la nueva sede de Correos, por lo que la esta solución se desestimó, cambiándola por la opción de ofrecer la posibilidad de adquirir de nuevo la parte que quedaría en pie a sus antiguos propietarios, los hermanos Puzzini, a los que la nueva compra les costaría 180.000 pesetas y que se ofrecieron al instante a realizar las obras para la nueva fachada del hotel.


IMAGEN 4. Imagen del Hotel Suizo publicada en prensa.



     El 8 de marzo de 1915 el alcalde Enríquez Barrios anunció que el siguiente día 15 comenzarían las obras del derribo, solicitando a los propietarios de los quioscos adosados a la calle Sánchez Guerra que los retirasen lo más pronto posible. Pero llegó la fecha indicada y el derribo no se llevó a cabo, como tampoco se había realizado aún la expropiación. El asunto quedó en el aire hasta principios de 1916, en que el Ayuntamiento decidió crear una comisión mixta con la Academia de las Ciencias para encontrar una solución. Como representante de esta última, presidida por Luis Valenzuela, se nombró a Enrique Romero de Torres. El 3 de febrero se votó en dicha comisión la conveniencia de derribar el edificio del Suizo, ganando el "no" por diez a votos contra cuatro. El 15 de febrero, el Diario de Córdoba publicaba el informe que la comisión mixta presentó al Ayuntamiento en el que se podía leer, entre otras, la siguiente conclusión:

     «3ª. Que dada la situación del erario municipal, explicada por el señor alcalde don Salvador Muñoz Pérez en la primera reunión celebrada por los que suscriben, entienden estos que en la actualidad no es oportuno llevar a cabo la proyectada expropiación del edificio Hotel Suizo, toda vez que las obligaciones que habrían de contraerse con los propietarios del inmueble y con su acreedor hipotecario al llevar a cabo aquella mejora, absorberían los recursos del presupuesto...»


IMAGEN 5. Lateral del edificio en la calle Duque de Hornachuelos.



     El derribo quedaba entonces aplazado en espera de que los presupuestos del año siguiente permitieran hacerse con el edificio. Llegó 1917 y las presiones del Director General de Comunicaciones por el hecho de que Córdoba aún no contase con unas nuevas oficinas de Correos, volvieron a poner sobre la mesa la idea original de ubicarlas en la parte del Suizo que no se pretendía derribar. En una reunión del citado director con la Cámara de Comercio, la Federación Gremial y la Unión Mercantil, se acordó proponer al acreedor hipotecario del hotel que admitiera como garantía la firma de todos los comerciantes e industriales que así lo quisieran para responder por la hipoteca, siempre y cuando el Ayuntamiento se comprometiese a desembolsar una cantidad anual para levantarla y poder al fin expropiar el edificio. Como la última vez que se intentó comprar el edificio, el Ayuntamiento no disponía de liquidez suficiente y fue necesario crear una suscripción popular para reunir el dinero.

     Finalmente el 24 de junio de 1918 el alcalde José Sanz Noguer firmó el contrato para la adquisición del inmueble, respetándose el precio estipulado en 1813 de 560.000 pesetas, aunque debido a la existencia de contratos de alquiler en vigencia de varias dependencias establecidas en el mismo, éste no podría ser derribado antes del 31 de diciembre de 1923, fecha en la que cumplían dichos alquileres. Entretanto se canceló la hipoteca que se tenía contratada con Andrés Peralbo Cañuelo y se estableció una nueva con el Monte de Piedad de Córdoba. El 3 de mayo de 1923 se presentó un proyecto que mantenía la decisión inicial de demolición parcial, concretamente la parte que quedaba delante del instituto Góngora y la proyectada salida de la calle Claudio Marcelo a la plaza, así como la reconstrucción de la parte que quedase en pie junto a la calle Duque de Hornachuelos.


IMAGEN 6. Proyecto de reconstrucción de la parte no derribada del edificio.



IMAGEN 7. Diseño para la nueva fachada.


     El mismo día 31 de diciembre, a las once y media de la mañana, la Junta Municipal de Asociados se reunió en la Sala Capitular del Ayuntamiento bajo la presidencia del alcalde Antonio Pineda de las Infantas. De esta reunión salió aprobado por unanimidad el expediente de demolición, reforma y construcción de parte del edificio del Hotel Suizo. Tres meses después, el 1 de marzo de 1924, se verificó la subasta para la contratación de las obras, que finalmente fueron adjudicadas a Francisco Flores Tallón por la cantidad de 62.000 pesetas. Algunos empresarios con intereses aún en el edificio como el gerente del hotel Santiago Jimena, el arrendatario del café Antonio Fernández Vergara o el antiguo propietario Ambrosio Putzi Kopp solicitaron al alcalde, a través del presidente de la Cámara de Comercio Manuel Rodríguez Manso, que las obras de reforma se aplazaran hasta después de la feria de Mayo, con la idea de aprovechar la llegada de los muchos visitantes que visitarían Córdoba en esos días. Pero todo estaba ya dispuesto y el derribo del edificio comenzó el lunes 24 de marzo de 1924, y no en 1923 como erróneamente se afirma.




IMAGEN 8. Vista de la demolición desde el extremo de la desaparecida calle
Sánchez Guerra.


 
      Las obras avanzaban y el ahora alcalde José Cruz Conde, que apenas llevaba dos meses colocado en el cargo por el general golpista Primo de Rivera, solicitó el 28 de mayo a la Comisión Municipal Permanente la rescisión del contrato de las obras para que se pudiera llevar a cabo la demolición completa del edificio y dar así aún más amplitud a la plaza de Cánovas del Castillo para favorecer tanto el ornato como la movilidad en esa zona, idea que estaba en el aire prácticamente desde que comenzó el derribo. Francisco Flores Tallón, el contratista que había iniciado la demolición parcial, recibió una indemnización y la devolución de la fianza entregada para poder optar a la subasta. El 31 de agosto se redactó un nuevo pliego de condiciones para la contratación de la demolición total que apareció publicado en el Boletín Oficial de la Provincia del día 11 de septiembre, que en esta ocasión recayó en Rafael Luque Romero.


IMAGEN 9. Derribo de la zona delantera del edificio.


IMAGEN 10. Otra vista de las obras de derribo.


IMAGEN 11. Derribo visto desde la esquina de Diego León con Duque de Hornachuelos.



     Finalmente, un año y una semana después de que comenzasen las obras, el arquitecto Rafael de La Hoz certificaba como fecha de finalización de las mismas el 31 de marzo de 1925. Otro edificio emblemático desaparecía sin dejar rastro, a excepción de un sótano al que más tarde se le daría utilidad, y una plaza que había comenzado siendo poco más que un ensanche en el encuentro de cinco o seis calles acabaría convirtiéndose en la plaza que hoy todos podemos disfrutar.


Rafael Expósito Ruiz.





DOCUMENTACIÓN
- Archivo Municipal de Córdoba.
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
 
IMÁGENES
- Imágenes 1, 8 y 9: Archivo Municipal de Córdoba.
- Imagen 2: Recreación del autor de parte de un plano perteneciente a un expediente del Archivo Municipal de Córdoba.
- Imagen 3: Recreación del autor sobre una imagen de Google Maps.
- Imagen 4, 10 y 11: Fotografías aparecidas en el diario La Voz.
- Imagen 5: Fotografía extraída del grupo de Facebook "Historia de Córdoba en Imágenes".
- Imágenes 6 y 7: Fotografías realizadas por el autor a un expediente del Archivo Municipal de Córdoba.

viernes, 22 de octubre de 2021

El ingeniero escocés y el prostíbulo de la calle Morería

      Hay muchísimas cosas de Córdoba que hasta ahora desconocía y una de ellas era la existencia de un tal Duncan Shaw del que nunca había oído hablar, aunque una glorieta por la que he pasado miles de veces lleva su nombre, y que pasó más de la mitad de su vida en nuestra ciudad. Si uno rastrea un poco la red puede leer que este ingeniero y empresario originario de Inverness, en las famosas Tierras Altas escocesas, fue responsable en 1861 del establecimiento de la fábrica de plomo que existió en el Polígono de Chinales hasta que fue derribada en 1959, además de la construcción de un cementerio protestante cerca de esta. También fue socio fundador del Círculo de la Amistad, impulsor de la creación de una fábrica de gas en nuestra ciudad y uno de los impulsores de la llegada del ferrocarril a Andalucía.


IMAGEN 1. Edificio del Círculo Mercantil en la esquina de
Gran Capitán con Morería, a la derecha.
     Por otra parte también fue objetivo de los ataques del sector más rancio de nuestra ciudad por defender, entre otras cosas, la libertad religiosa y la separación entre iglesia y estado. Pero ninguno de estos detalles de su vida son los que han dado origen a esta entrada, sino un "problemilla" de convivencia vecinal que tuvo a finales de 1859. Duncan Shaw vivía de alquiler en la casa número 2 de la plaza de San Martín haciendo esquina con la calle Morería, en la misma parcela que algunos años más tarde ocuparía el Círculo Mercantil. En esta última calle existía un establecimiento que fue el que hizo que el 13 de septiembre de ese año dirigiera a la Alcaldía la siguiente carta:


IMAGEN 2. Primera hoja de la carta
enviada por Duncan Shaw.
«S. Alcalde Constitucional de esta ciudad

D. Duncan Shaw inquilino de la casa esquina a la plaza de San Martín y calle de Morería, á V.S. con el devido respeto expone: que a poca distancia de su casa y en la acera de frente de dicha calle Morería, existe una casa de mujeres de mal vivir ó llamese de putas, en donde con frecuencia sus escandalos y peleas alteran la tranquilidad y sosiego de los demas vecinos pacíficos, los altercados y peleas que entablan los hombres que allí concurren, se elevan hasta el estremo de darse de palos y acometerse con piedras, biniendo estas á destrozar las bentanas, persianas y cristales, haviendo ocurrido el sabado en la noche de esta ultima semana una de esas escenas en las que despues de proferirse las palabras mas escandalosas é indecentes que tanto reprueba la sana moral, acometieronse unos á otros con palos y con piedras, causando la rotura de los faroles del alumbrado publico. El que suscrive ha sido informado que esta casa de putas es de las mas antiguas que exerce este infame trato, mas no por esto veo que sea tolerable que á cuarenta pasos de un paseo el mas publico y concurrido de la ciudad donde tantas familias pasan con sus hijas solteras los ratos de recreo permitidos, hayan de sufrir los enunciados escandalos, teniendo que huir cuando tengan combencimiento de estos sucesos para evitar que aquellas puedan oir dichos escandalosos y acciones tan desonestas que reprueba toda sociedad y la buena cultura. Ademas los hombres que alli concurren y que promueben tales escandalos desfiguran el aseo y aspecto de las paredes, y con sus dichos reprobados lastiman el oido de tantas criaturas como los oyen, entre ellos niños que con tales principios recojen una semilla perniciosa y encontrada á la buena educación que sus padres se prometen.

Suplico pues a V.S. que penetrado de la justicia con que es preciso sea atendida mi queja, proceda á tomar medidas para estinguir aquel lupanar, y que la moral publica deje de ser ultrajada con la permanencia de esta casa de corrupcion, y tomados los informes conbenientes para apurar la verdad a mis alegados espero encargara a los vigilantes municipales y serenos, cuiden hacer porque sea respetado el sueño y sosiego de los que desgraciadamente havitamos en dicha calle, por ser de justicia que pido y espero de la que tan notoriamente V.S. administra.

Cordoba trece de septiembre de mil ochocientos cincuenta y nueve.
Duncan Shaw». 


IMAGEN 3. Documento del 16-09-1859.
     La carta manuscrita no era de su puño y letra pues hay diferencias entre el texto de la misma y la firma del ingeniero, así como diferentes tonos de la tinta usadas en ambos casos, y seguramente se debiera a que aún no dominaba suficientemente nuestro idioma como para escribirlo y optó por dictarla a algún escribano o a algún conocido suyo, o quizás simplemente tenía un secretario que se encargaba de esos menesteres. En todo caso, la respuesta que Duncan Shaw esperaba seguramente no fue la que recibió, a tenor del siguiente documento fechado tres días más tarde:

«Gobernacion
D. Duncan Shaw, inquilino de la casa esquina calle de la Morería, manifiesta que á poca distancia de su casa y en la acera de enfrente existe una casa de mugeres de mal vivir en donde con frecuencia sus escandalos y peleas alteran la tranquilidad y sosiego de los demas vecinos, por lo que suplica se proceda á estinguir aquel lupanar á fin de que la moral pública deje de ser ultrajada con la permanencia de tal casa de corrupcion.» 
 
«Sr. Alcalde
No encontrandose entre las atribuciones que la ley de 8 de enero de 1845 comete á esta Alcaldía, la de reprimir los hechos que se denuncian, puede el exponente dirigirse al Sr. Gobernador de esta provincia, como jefe del ramo de proteccion y vigilancia, en quien residen las facultades conferidas por la prescripcion 2.ª, capitulo 1.º, titulo 6.º de la citada ley. V.S. no obstante resolvera. Cordoba, 16 de septiembre de 1859».


 
     Desconozco si la pretensión de Duncan Shaw de que el prostíbulo fuera cerrado se hizo realidad o no, y en todo caso si se tomó mucho o poco tiempo en resolverse definitivamente, aunque es probable que la cosa fuera para largo ya que cuatro años después se podía leer en la prensa la siguiente noticia, en la que se describe una casa igual que la que quitaba el sueño al ingeniero escocés:

     «Hace varias noches que en la calle de la Moreria se arman unos escándalos de marca mayor, con grave perjuicio de la tranquilidad del vecindario. Hay pedradas, voces nada edificantes, carreras, y aun golpes; y todo procede, segun nos han informado, de cierta casa de dicha calle, sobre la que mas de una vez hemos llamado la atencion. Esperamos que se corte de raiz un mal que lleva trazas de hacerse crónico.»


     Como la noticia no especifica a qué altura de la calle se encontraba esta casa no puedo asegurar que se tratara del mismo lupanar que tanto incordiaba al escocés, lo que si es cierto es que, si no el, si había vecinos de la calle Morería que seguían sin poder dormir por las noches.


Rafael Expósito Ruiz.
 


      
 


DOCUMENTACION
- Archivo Municipal de Córdoba.
- Biblioteca Digital de Prensa Histórica.
- Cordobapedia.
- Efemérides cordobesas 26/12/19, Yolanda Pedrosa. Córdoba hoy.

IMÁGENES
- Imagen 1: Fotografía extraída del grupo de Facebook CORDUBA.
- Imágenes 2 y 3: Archivo Municipal de Córdoba.

miércoles, 13 de octubre de 2021

El "Suizo Chico"

     Quien más y quien menos habrá oído alguna vez hablar del Café Suizo en Córdoba. Inicialmente establecido en la calle Reloj pasó después a la de Ambrosio de Morales, al edificio de la Real Academia, hasta que fue definitivamente instalado en el hotel que llevaba el mismo nombre, el Hotel Suizo. Este último ocupaba gran parte de lo que actualmente es la plaza de las Tendillas y durante bastante tiempo representó la elegancia y la modernidad en la Córdoba de finales del siglo XIX y principios del XX. Pero no fueron solo estos los únicos establecimientos que ostentaron esta denominación como se verá.

IMAGEN 1. Paseo de la Victoria en su encuentro con Ronda de los Tejares.



     En el Paseo de la Victoria, en el tramo que va desde la Puerta de Gallegos hasta la esquina con la Avenida Gran Capitán, existió en 1910 un «restaurant, fonda, café, taberna, sitio de reunión y qué se yo cuantas cosas más», tal como se lo califica en el Diario de Córdoba de la época. Se encontraba junto a la conocida taberna "La Bombilla" y su propietario, Rafael Moreno Giménez, tuvo la ingeniosa idea de llamarlo el "Suizo Chico" pensando quizás que este nombre tendría el tirón suficiente como para atraer a la clientela a su local. Era un hombre bajo y regordete, sin bigote ni barba y con escaso pelo sobre la cabeza, además de simpático y gracioso; le gustaba darle coba a los clientes e intentaba convencerlos de que se encontraban en una sucursal del Suizo. La gente llamaba a este sitio como la "Posada del Cabo Moreno", en referencia a la que existía en Melilla y en la que se hospedaban los soldados que iban o venían a sus destinos durante la guerra con Marruecos.

IMAGENES 2 y 3. Vistas de las calles Concepción y Morería.



     En 1914 el Suizo Chico se encontraba en el número 29 de la calle Concepción, anunciado como «casa de comidas montada á la altura de las mejores en su clase, en donde mejor y más barato se come, además tiene cómodas habitaciones con luz y timbre eléctricos». Tan sólo dos años más tarde el establecimiento había cerrado y en el número 29 se vendía ahora leche de cabra, a 25 céntimos el medio litro. Sin embargo, no fue este el último Suizo Chico que se pudo ver en Córdoba y veinte años más tarde, en 1936, el ex-banderillero  Diego Hornero Santiago "Chatín", inauguró una casa de comidas con el mismo nombre en el número 10 de la calle Morería, en el local de la Asociación de Arrendatarios, la cual estuvo regentando en sus últimos años.

IMAGEN 4.


     
IMAGEN 5.



Rafael Expósito Ruiz





DOCUMENTACIÓN
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica
- Wikipedia

IMÁGENES
- Imagen 1: Extraída del grupo de Facebook HISTORIA DE CÓRDOBA EN IMÁGENES.
- Imágenes 2 y 3: Archivo Municipal de Córdoba.
- Imágenes 4 y 5: Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.

miércoles, 6 de octubre de 2021

¿Es ésta la Puerta del Colodro?

     El Museo del Louvre, entre sus innumerables joyas, cuenta con un dibujo que para los cordobeses podría tener gran importancia. Realizado por Émile Louis Vernier en la segunda mitad del siglo XIX, representa una puerta y parte de un muro adyacente y, aunque la ficha del museo no especifica la fecha exacta de su realización, Wikipedia afirma que su autor estuvo en España en 1872 junto con el paisajista Paul Vayson. En el margen superior derecho se puede leer la inscripción "porte à Cordoue" pero no sabemos de cuál de ellas se trata. La importancia del dibujo viene dada por el hecho de que esta puerta podría ser una de las que existían en el recinto amurallado de la ciudad y, con un poco de suerte, alguna de las que no tenemos imágenes.

IMAGEN 1. Dibujo de Émile Louis Vernier.



     El tema ya dió que hablar hace varios años entre todos aquellos interesados en la historia de nuestra ciudad. El blog Puerta de Osario se hacía eco en 2009 de la publicación de este dibujo en el foro Calleja de las Flores, y le dedicó hasta cuatro entradas de lo más interesantes intentando desentrañar el misterio. De lo que se escribió en las mismas y de las aportaciones de los lectores no voy a hablar aquí porque considero que es mucho más ilustrativo ir directamente al blog. Solamente decir que una de las opciones que se barajaron en su momento es que la puerta representada en el dibujo fuera la conocida como del Colodro, cuyos escasos restos se pueden a la salida de la calle Mayor de Santa Marina en dirección a la avenida de las Ollerías.

IMAGEN 2. Restos de la puerta del Colodro, desde el interior.



     Siguiendo con la posibilidad de que se tratase de esta puerta y de que la imagen se hubiese dibujado desde el interior de la muralla hacia afuera, es decir, desde la calle Mayor de Santa Marina mirando hacia Ollerías, se podrían apuntar algunos datos que apoyaran esta idea. El primero sería el hecho de que a la izquierda en la imagen se aprecia una sombra proyectada sobre la puerta que debe estar causada por algún tipo de construcción, mientras que el lado derecho está libre pudiendo verse la muralla. En los planos de Córdoba que José María de Montis realizó en 1851 y 1868, y por lo tanto anteriores al derribo de la puerta, se dan estas dos características, es decir, zona construida a la izquierda y zona libre a la derecha.

IMAGEN 3. Plano de Montis de 1851.

IMAGEN 4. La misma zona en el plano de 1868.


     Por otro lado, se puede observar en el dibujo una especie de caseta junto a la puerta  y a la que quizás se refiera la siguiente noticia del Diario de Córdoba del 30 de enero de 1883, una vez demolida la misma:

     «En lo que fuè puerta de Colodro habia unida al muro una garita ó cuarto pequeño y de poco decoroso aspecto, que á la demolicion de la puerta quedó en pié y que al ver algunos que se ha crecido un muro como para ampararlo, temen si se tratará de conservar aquella alhaja. Para desvanecer estos temores indicaremos que segun nuestro parecer se destinará solo á conservar la herramienta que se emplea en las obras de aquella parte de la poblacion, y que serà demolido tan pronto como terminen.»


     Es cierto que estas garitas solían colocarse en todas las puertas de entrada a la ciudad, normalmente en el lado exterior de la muralla, y si aceptamos que el dibujo de Vernier muestra la parte interior de la puerta del Colodro no se cumpliría esta condición, aunque también pudiera ser que en algunos casos la garita se situara dentro de las murallas, como parece dar a entender la siguiente fotografía de la puerta de Almodóvar.

IMAGEN 5. Interior de la puerta de Almodóvar.


     Se podría argumentar en contra de que esta fuera la puerta del Colodro el hecho de que a través de la misma se puede observar lo que parece un terreno llano con el cielo sobre él, ya que lo que debería verse es en realidad una pequeña cuesta, pero podría tratarse de una licencia del dibujante al igual que el tamaño de las dos figuras que hay a la salida, que si estuvieran de este lado serían tan altas como la caseta. Sea como fuera, como aparece escrito en el dibujo, es una puerta de Córdoba y eso es ya suficiente. Si es la del Colodro o no es un caso que sigue abierto.


Rafael Expósito Ruiz.




IMÁGENES
- Imagen 1: Las puertas de la ciudad de Córdoba, Émile Louis Vernier. Departamento De Artes Gráficas Del Museo Del Louvre.
- Imagen 2: Google Steet View.
- Imágenes 3 y 4: Fondos digitalizados de la Red de Municipal de Bibliotecas de Córdoba.
- Imagen 5: Auguste Léon, 1914. Musée Départemental Albert Kahn.