viernes, 11 de diciembre de 2020

La calleja del Niño Perdido

      Si paseas por la calle Concepción en dirección a la puerta de Gallegos encontrarás una estrecha calle a la derecha que responde al nombre de "Calleja del Niño Perdido". Como todas las calles sin salida del mundo, es difícil que pases por ella si no vas allí expresamente. Yo la frecuentaba con relativa asiduidad en mis tiempos mozos, allá por los años 80, porque al final de la misma había una pequeña discoteca o pub que era parada obligatoria en mis correrías juveniles. Ya por aquel entonces pensaba que el nombre de la calle respondía a algún suceso ocurrido con algún niño, ya fuera porque hubiese desaparecido o hubiese sido encontrado allí, pero no van por ahí los tiros.


IMAGEN 1. Placa en la entrada de la calle.



    Al igual que otras calles como la de Las Flores, Beatas o Pedro Jiménez (conocida como la del Pañuelo), la calleja del Niño Perdido tiene su origen en el entramado urbano musulmán. Son calles cortas y estrechas que se abren al final en ensanches de pequeñas dimensiones, y que servían de antesala y acceso a las casas que las rodeaban, pero al contrario de las anteriormente citadas, la del Niño Perdido no cuenta con el componente turístico de las otras, debido a la expansión urbanística de esta zona de Córdoba.


IMAGEN 2. Situación de la calleja sobre el plano.



     El nombre de la calle no se debe a ningún extraño suceso como yo siempre había pensado, sino a algo totalmente distinto. Aunque no he conseguido datos acerca de la fecha de su fundación, existió un hospital en la calle Concepción que lindaba con la calleja del Niño Perdido, y del que ésta tomó el nombre. No era un hospital al uso, con las connotaciones que esta denominación tiene hoy en día, sino más bien una especie de asilo a donde iban a parar todos aquellos niños extraviados e incluso abandonados por sus familias, ya fuera temporalmente o para estancias más largas. Este tipo de hospitales "especializados" no eran algo inusual en Córdoba, y podemos encontrar denominaciones tan variopintas como "hospitales de peregrinos" y "hospitales de ahogados" entre otras. 
     De los que se dedicaban al cuidado de los niños, como es este caso, hay varios ejemplos, como el Hospital de San José y de la Magdalena o el de San Juan y San Jacinto, en los siglos XIV y XVI respectivamente, o la Casa Central de Expósitos y la Casa de Socorro Hospicio ya en el XIX.


IMAGEN 3. Antigua Casa Central de Expósitos .
IMAGEN 4. Sede del Hospital de San Juan y San Jacinto en la calle Barroso.

 
     Aunque no haya logrado encontrar información sobre la fecha de su fundación, resulta obvio que tuvo que ser anterior a 1811, puesto que la calleja ya viene representada con ese nombre en el Plano de los Franceses de dicho año. Ramírez de Arellano lo cita brevemente en el paseo que dedica a San Nicolás de la Villa con las siguientes palabras:

     "En ángulo con la calle de la Torre y arrancando de la plazuela de San Nicolás de la Villa, encontramos la calle de la Concepción que llega á la puerta de Gallegos y tiene primero una calle sin salida que se denomina del Niño Perdido, porque en la casa fronteriza hubo un hospital á semejanza de la hoy ermita de San José, plaza de la Magdalena, donde se depositaban los niños estraviados de sus familias".

     Germán Saldaña Sicilia por su parte, en la obra "Monografía Histórico-Médica de los hospitales de Córdoba", publicada en el Boletín de la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba en 1934, además de transcribir las palabras de Arellano solo añade lo siguiente:
 
     "Dicha calle se conserva hoy con el mismo nombre: si bien la casa fronteriza de que habla Ramírez de Arellano, en la que estuvo el hospital, fue demolida hace pocos años y edificada en su lugar una nueva. Estas son las únicas noticias acerca de este hospital que, como ya aparece, tuvo escasísima importancia".


IMAGEN 5. Recreación de una sección del plano de Karvinski que Saldaña utiliza para mostrar la ubicación del hospital.



     El hospital desapareció sin dejar huella, y aunque según Germán Saldaña no tuvo la relevancia necesaria como para que su recuerdo haya llegado hasta nuestros días, sí tuvo la suficiente como para dar nombre a una calle que ha sobrevivido tanto al hospital como a este escritor, manteniendo el mismo trazado al menos durante doscientos años. Las edificaciones colindantes fueron cambiando y la calleja albergó diferentes viviendas y negocios desde entonces. Allí ofrecieron sus servicios una reputada entoladora (1) y una modista de San Sebastián recién llegada de París; allí pasó consultas gratuitas el cirujano del Colegio Médico de Madrid Felipe Sancho Sacassas y tuvo su despacho el procurador Francisco Aguilera y Contreras; allí estuvieron establecidas la fonda "La Andaluza" y la taberna "Los Gabrieles"; y por delante de la calle pasó Quintín Roelas, protagonista de la obra "La Feria de los Discretos" de Pío Baroja, cuando paseaba desde San Nicolás de la Villa hacia la puerta de Gallegos en busca de una taberna.


IMAGEN 6. Anuncio insertado en el Diario La Voz, 23 de Mayo de 1929.



     El 22 de Enero de 1912 se resolvió en sesión del ayuntamiento presidido por Salvador Muñoz Pérez clasificar la calle como de segundo orden, lo cual no es del todo malo si se tiene en cuenta que también las había de tercer orden. Trece años más tarde, el 26 de Enero de 1925, se barajó la posibilidad de cambiarle el nombre por el de "Castillo Plasencia", cosa que no llegó a suceder como se puede observar si uno lee detenidamente la placa que existe a la entrada (Imagen n.º 1).




IMAGEN 7. Aspecto actual de la entrada a la calleja.

IMAGEN 8. Ensanche o placita en la que desemboca la calleja del Niño Perdido.



     Actualmente, la calle únicamente sirve de entrada a un edificio de viviendas y a otro dedicado a oficinas, y no hay rastro de tabernas ni fondas, ni tan siquiera de la discoteca de mi juventud, aunque el local que la albergaba sigue allí. Es posible que dentro de doscientos años nada de lo que hay hoy en día permanezca en pie, y quizás hasta la calle haya desaparecido; pero si continuase existiendo, quién sabe si seguirá llamándose "La Calleja del Niño Perdido".


Rafael Expósito Ruiz.




(1) Entolar: según la RAE, pasar de un tul a otro las flores o dibujos de un encaje.










DOCUMENTACION
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica
- Boletín de la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba
- Las plazas de Córdoba en el proceso de recuperación de su casco histórico: las plazas de "fondo de calleja". M. LOMA RUBIO, C. SEQUEIROS PUMAR y F. VALVERDE. Universidad de Córdoba.


 CRÉDITOS DE LAS IMÁGENES
- Imágenes 1, 7 y 8: Fotografías del autor
- Imagen 3: Otto Wunderlisch. WUN-01524, Fototeca del Patrimonio Histórico
- Imagen 4: Lucien Roy, 1907. AP10L03510 - Dépôt de la Société française d'archéologie, Ministère de la Culture (France), Médiathèque de l'architecture et du patrimoine, diffusion RMN-GP
- Imagen 6: Biblioteca Virtual de Prensa Histórica 



2 comentarios:

  1. ¡¡ Vamos al Niño Perdido !!. Efectivamente un local de mi época. Recuerdo sobre todo el pódium del Dj con un puzzle de televisiones a su espalda (creo que unas 16 montadas en 4x4).

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    1. Ostia Lolo, había olvidado lo de los televisores. ¡Qué tiempos aquellos!

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