jueves, 27 de enero de 2022

El atentado en la Escuela de Veterinaria de Córdoba

      El año 1932 no comenzó nada bien para la Escuela de Veterinaria de Córdoba. En la nueva sede que se estaba construyendo en la avenida Medina Azahara, en sustitución de la antigua situada en la calle Encarnación Agustina, el grueso de las obras estaba finalizado y tan solo quedaban remates como las solerías y otros de menor importancia, por lo que el contratista de las mismas decidió despedir a setenta y cinco obreros el 10 de enero, lo que trajo consigo una huelga del resto de sus compañeros. Gracias a la mediación del Gobernador Civil Eduardo Valera Valverde y a que ya comenzaba a apuntarse la posibilidad de que la huelga se extendiera a todo el ramo de la construcción en Córdoba, el contratista acordó readmitir a los veinticinco trabajadores más antiguos de entre los que habían sido despedido mientras que al resto se les colocaría en las obras que se realizaban en el Cuartel de la Trinidad y en otras de carácter municipal. El 16 de enero los albañiles readmitidos volvieron a las obras de la Escuela.

La Escuela de Veterinaria en obras. Diario ABC.



     Salvado este primer escollo surgió un nuevo problema. Tan solo cuatro días después los estudiantes de Veterinaria declaraban una huelga general indefinida, al igual que en ciudades como Madrid o Zaragoza, en protesta por un decreto presidencial que pretendía delimitar los campos de estudio entre agrónomos y veterinarios para resolver la disputa entre ambas ramas de la educación; los primeros echaban en cara a los segundos que estudiaban materias que eran de su ámbito y viceversa, y al parecer el decreto no solucionaba el conflicto de ninguna manera. La huelga sin embargo, al igual que la de los albañiles, tan solo duró unos días.

Estudiantes de Veterinaria reintegrados a las clases tras la huelga.
Revista CÓRDOBA GRÁFICA.



     Pero tras estos dos tropiezos en el inicio del año lo peor estaba aún por llegar. El domingo 21 de febrero a las once y media de la noche dos explosiones sacudieron la tranquilidad de los vecinos e hicieron saltar los cristales de algunas casas cercanas. Los dos artefactos, que detonaron con un intervalo de un minuto, habían sido colocados en la parte interior de los agujeros practicados en la fachada de la Escuela para la sujeción de los andamios, y la onda expansiva lanzó cascotes a más de 50 metros de distancia e incluso, según el diario El Defensor de Córdoba, hasta las casas de la finca La Camila situada a más de medio kilómetro. En la fachada quedaron únicamente dos boquetes de alrededor de un metro de diámetro, poca cosa si se tiene en cuenta la opinión del periódico La Voz que aseguraba que la finalidad del acto terrorista era que el muro se desplomara sobre la casilla que actuaba como oficina de las obras.

Puntos de la fachada en los que se produjo la explosión. Diario LA VOZ.



     En los siguientes días se practicaron una serie de registros e interrogatorios por parte de las autoridades con el fin de dar con los responsables del atentado, mientras se rumoreaba sobre la falta de  cierta cantidad de dinamita del depósito de explosivos de la fábrica Asland y que cinco de sus trabajadores podrían estar implicados. Las primeras detenciones se efectuaron el día 24 y recayeron en Francisco Rajado, Julio Iturralde y Pedro Morales, tres albañiles en paro que habían cometido el error de intentar entrevistarse con el Gobernador en representación de sus compañeros tras una manifestación por las calles de Córdoba, y a los que se les intentó inculpar de la colocación de las bombas. Un año después, en junio de 1933, se detuvo a Juan Fernández y Mariano Domínguez, miembros de la Federación Anarquista Ibérica, como presuntos autores del atentado así como de otro cometido en el Gobierno Civil.


Rafael Expósito Ruiz.



DOCUMENTACIÓN
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.

2 comentarios:

  1. Rafael, no sabía nada de esto.
    Fantástico me ha encantado

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  2. Me alegra que te haya gustado, Mari Ángeles. Es un suceso poco conocido de la historia de Córdoba, como tantos otros, pero buceando un poco en la prensa histórica se pueden encontrar muchas joyas como esta, informativamente hablando claro.

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