viernes, 1 de julio de 2022

UN DESAFORTUNADO ACCIDENTE EN EL PUENTE DE RABANALES

      El 24 de Noviembre de 1922 el alcalde de la localidad jiennense de Lopera, José Medina Lara, se dirigía hacia Córdoba por la carretera de Madrid. Con él viajaban su hijo Eduardo Medina García, el sirviente Luis Vallejo Barrón y la señorita Carmen Valenzuela García, que venía a visitar a un hermano recientemente operado en nuestra ciudad. Conducía el automóvil Francisco Medina Bellido, primo y a la vez cuñado de Eduardo Medina.


IMAGEN 1. El puente en 1996.



     Aproximadamente a las doce de la mañana, cuando se disponían a atravesar el puente que cruzaba el arroyo de Rabanales, la pendiente de la carretera y lo cerrado de la curva de entrada al mismo hicieron que los radios de la rueda trasera izquierda del vehículo se partieran, yendo éste a empotrarse contra el pretil del puente. En ese momento Eduardo Medina, el hijo del alcalde, salió despedido del automóvil, quizás por la fuerza del impacto o tal vez, previendo la magnitud del golpe, saltase él mismo para ponerse a salvo. Ninguno de sus acompañantes supieron aclarar exactamente cual de las dos situaciones se produjo, pero el resultado es que acabó cayendo al arroyo desde una altura de unos siete metros.


IMAGEN 2. El coche siniestrado y algunas personas que
acudieron al accidente.



     Tras la caída, Eduardo consiguió subir por su propio pie de nuevo al puente, pero al llegar junto a sus acompañantes cayó desplomado al suelo. Rápidamente lo tumbaron en el interior del automóvil, en el mismo momento en que un autobús que se dirigía hacia Alcolea, cargado con los invitados a la inauguración de la Cantina Escolar, pasaba por allí. Entre ellos, junto al alcalde Sebastián Barrios Rejano y al gobernador civil Luis Grande Baudesson, se encontraba el doctor Francisco Bueno que, tras reconocer el cuerpo sin vida de Eduardo, declaró que probablemente había muerto de una hemorragia cerebral causada por el fuerte golpe. La víctima tenía treinta y tres años de edad y era viudo.


IMAGEN 3. El coche junto al autobús de Alcolea.



     Su padre, el alcalde de Lopera, y la señorita Carmen Valenzuela, fueron conducidos a Córdoba en otro automóvil para ser tratados de las heridas recibidas en el accidente, mientras el primo del fallecido y el sirviente Luis Vallejo permanecían junto al cuerpo sin vida de Eduardo acompañados por el teniente de alcalde Luis Ruiz de Castañeda, que también viajaba en el autobús hacia Alcolea y que era amigo de la familia, y por varios peones camineros que habían acudido al lugar del accidente y a quienes el gobernador ordenó que atendiesen a los que allí quedaban. El juez de instrucción José Eguilaz y Oviedo Castillejo llegó poco después y, tras el levantamiento del cadáver, éste fue conducido en un coche fúnebre al depósito del cementerio de La Salud.

     No fue este ni el primer ni el último accidente que se cobró vidas humanas en el puente de Rabanales, y ciclistas, motoristas, automóviles, camiones y autobuses continuaron pagando la imprudencia de tomar la curva de entrada a más velocidad de lo aconsejable hasta finales de los años 20 del siglo pasado. Finalmente el tráfico rodado dejó de atravesarlo y acabó quedando encajonado entre el nuevo trazado de la carretera de Madrid y la calle Noruega del nuevo polígono Tecnocórdoba. La dejadez, la basura y la naturaleza acabarán, si no se pone remedio, por hacerlo desaparecer.


IMAGEN 4. El puente en la actualidad.




Rafael Expósito Ruiz.




DOCUMENTACIÓN
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica

IMÁGENES
- Imagen 1: Fotografía de Jesús Padilla González, 05 de junio de 1996. Archivo Municipal de Córdoba.
- Imágenes 2 y 3: Fotografías extraídas del periódico La Unión Ilustrada, 03 de diciembre de 1922. Hemeroteca Digital BNE.
- Imagen 4: Fotografía realizada por el autor el 29 de junio de 2022.

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