jueves, 11 de febrero de 2021

El Palacio de Orive: ¿Quién fue el Corregidor de la Casaca Blanca?

         Hace unos días comencé una entrada sobre la leyenda del Palacio de Orive afirmando que poco o nada podía aportar sobre ese tema. Sin embargo, movido por la curiosidad, he tratado de averiguar algo más sobre la figura de don Carlos Ucel Guimbarda, el famoso Corregidor protagonista de la historia. Hubiese sido una suerte encontrar por ahí escrita alguna biografía suya, lo cual me hubiese facilitado mucho la redacción de esta entrada, pero no he encontrado demasiada información acerca de este personaje. Sin embargo sí he hallado algunos datos con los que poder esbozar una pequeña semblanza sobre él.


IMAGEN 1. Firma de nuestro personaje.


     Antes de exponer los datos he de decir que escribir "Carlos Ucel Guimbarda" en cualquier buscador de internet te suele llevar inexorablemente a la leyenda narrada por Teodomiro Ramírez de Arellano, pero si continúas indagando un poco más comienzan a aparecer pequeñas variaciones en el primer apellido que suelen aportar más datos. Usel, Ursel, Ussel, Usol y Ocel son algunas con las que me he topado pero entiendo que, independientemente de cómo aparezca escrito el primer apellido, si coinciden el nombre, el segundo apellido y las fechas en que este hombre debió existir se tratará de la misma persona. Y estos datos aportan tanta luz sobre lo que Carlos Ucel Guimbarda no era, como sobre lo que sí.

     En primer lugar este personaje no era cordobés. En ningún momento se afirma tal cosa en la leyenda, aunque el hecho de residir en el Palacio de Orive y ostentar un cargo municipal en nuestra ciudad pudiera llevarnos a pensar que sí. En realidad don Carlos nació en Málaga en la segunda mitad del siglo XVII. Sus padres, Salvador Ussel y Guimbarda, que fue Capitán de Infantería, y Juana Merchan, lo bautizaron en la Parroquia del Sagrario de la capital de la Costa del Sol el 18 de febrero de 1667. Su abuelo paterno había nacido en la localidad francesa de Bar, en la provincia de Corrèze; tras recalar en España, fue Hijodalgo Notorio en la localidad granadina de Albolote y acabó casándose en Málaga con Juana Martel de la Paz. Sus abuelos maternos fueron Diego Merchan y María González, ambos malagueños.



Escudo familiar.
     En segundo lugar, don Carlos no era Corregidor. Este dato ya lo apuntó Ramírez de Arellano en la primera versión que dio de esta leyenda. Según sus palabras, «D. Cárlos Ursel y Guimbarda, era Veinticuatro de Córdoba, pero la tradición nos lo presenta como Corregidor, y considerando esta leyenda completamente fantástica, la hemos seguido tal como ha llegado á nosotros». Además, basta con consultar en el listado de Corregidores de Córdoba del siglo XVIII en el que no aparece su nombre. En cuanto a su Veinticuatría, existe un expediente de 1707 para probar si poseía las cualidades necesarias para ser Caballero Veinticuatro de Córdoba. Difícilmente podría haber tenido la necesidad de optar a un cargo inferior al de Corregidor si ya lo fuese. Por el contrario, sí fue Caballero de la Orden de Alcántara, Gentilhombre de la Real Cámara y Teniente de Alcalde de los Reales Alcázares, con voz y voto preminente en el Ayuntamiento, como aparece citado en varios documentos de 1729. En este último año fue designado como diputado para el recibimiento de los Infantes Luis Antonio Jaime y María Teresa cuando estos visitaron la ciudad de Córdoba.



IMAGEN 3. Estatua de un Caballero Veinticuatro.
     Tampoco quedó viudo tan joven como he podido leer en algunos sitios de internet, donde se dice que este hombre viudo y con una hija llamada Blanca vivía a finales del siglo XVII en el Palacio de Orive. En el expediente que acabo de citar de 1719, que se encuentra en el Archivo Municipal de Córdoba y que trata de las escrituras de unas pajas de agua procedentes de los manantiales de la Fuensanta Vieja, aparece mencionado junto a su esposa Isabel de Morales, nieta de Francisco Díaz de Morales. Por lo tanto, don Carlos aún seguiría casado en pleno siglo XVIII a la edad de 52 años, dando por hecho que nació el mismo año en que fue bautizado, esto es, en 1667. De su hija Blanca no he conseguido encontrar ninguna información, pero supongo que existió pues básicamente la leyenda gira en torno a ella y sería absurdo haber inventado a este personaje. No obstante resulta curioso que esta se llamase igual que el color de la casaca de su padre.

     El palacio donde transcurren los hechos no era propiedad de este "Corregidor". Hasta donde he podido averiguar la casa fue propiedad desde su construcción de la familia Villalón, más tarde Orive Villalón. A finales del siglo XVII su propietario era don Alonso Tomás de Orive y Villalón, según consta en su expediente de pruebas de Caballero de Alcántara de 1699. También da fe de esto Ramírez de Arellano al decir sobre don Alonso que  «vivia en 1718 y era dueño de unas casas principales que ocupan el frente de dicha plazuela» (se refiere a la plaza de Orive). Hasta su muerte en 1758, el propietario lo fue don Fernando de Orive Villalón y Valenzuela, pasando después a manos de su hijo Alonso Tomás de Orive Villalón y Gutiérrez de los Ríos. Este último se vio obligado a arrendar el palacio en 1762 por necesidades económicas a Andrés Baena y Hermoso durante tres años. Obviamente, si es que nuestro "Corregidor" llegó a vivir alguna vez en esta casa, lo haría en calidad de arrendado; espero que lo de levantar todo el suelo buscando a su hija fuese parte de la imaginación que creó esta leyenda y no le destrozase la casa al propietario.

     Que llegase a vivir o no en el palacio es un dato que no he podido contrastar. Hay dos expedientes en el Archivo Municipal que podrían sacarme de dudas pero, por la excepcional situación en la que nos encontramos, no me es posible consultarlos presencialmente, y por desgracia no están digitalizados para poder hacerlo desde casa. En todo caso está claro que alrededor de este personaje, como ocurre en todas las leyendas, hay más adornos que hechos reales. Pero en fin, las leyendas son así.


Rafael Expósito Ruiz. 





BIBLIOGRAFÍA Y DOCUMENTACIÓN

- Expediente instruido en virtud de Real Cédula para probar si en Carlos Usel Guimbarda concurrían las calidades requeridas para ser Caballero Veinticuatro de Córdoba. Refrenda Melchor Junguito, escribano mayor de cabildo. Dos Vol. Pieza 1ª y 2ª. Doc. 331, 06/06/1707. ARCHIVO MUNICIPAL DE CÓRDOBA.
- Fuentes y Cañerías. Manantiales de la Fuensanta Vieja. Escritura, otorgada ante el escribano Francisco Martínez Amoraga por la que declararon, el caballero veinticuatro Carlos Usol y Guimbarda y su esposa Isabel de Morales, haber recibido de este Municipio paja y media de agua puesta en el arca de la puerta de Plasencia, que se le había vendido a Francisco Díaz de Morales, abuelo de expresada Sra., más otra paja y media, toda de los manantiales y sudaderos de la Fuensanta Vieja, 20/06/1719. ARCHIVO MUNICIPAL DE CÓRDOBA.
Expediente relativo al pago de dos libranzas de 500 ducados cada una, a Francisco Morales y a Carlos Usel y Güimbarda, diputados del recibimiento de los Infantes Luis Antonio Jaime y María Teresa en su venida a Córdoba. Doc. 16.1. 16/05/1729. ARCHIVO MUNICIPAL DE CÓRDOBA.
- Tradiciones cordobesas. Colección de leyendas históricas y fantásticas en prosa y verso, escritas por varios literatos cordobeses (1863). VARIOS AUTORES.
- Paseos por Córdoba, 1873-1877. TEODOMIRO RAMÍREZ DE ARELLANO.
- Orive: la clave del espacio público en el centro histórico de Córdoba, 2010. VARIOS AUTORES.        - Casas y Palacios históricos de Córdoba: una señalización de Patrimonio de la Unesco por hacer, International Journal of Scientific Managment Tourism , 2016, Vol. 2 Nº3 pp 147-176. GONZALO J. HERREROS MOYA.

IMÁGENES
- Imagen 1: Firma de Carlos Usel Guimbarda extraída del expediente Dos Vol. Pieza 1ª y 2ª. Doc. 331, 06/06/1707. ARCHIVO MUNICIPAL DE CÓRDOBA.
- Imagen 2: Escudo heráldico extraído del blog de Nacho Fernández "Escudosheraldicosmadrid.wordpress.com".
- Imagen 3: Estatua orante del Caballero Veinticuatro Pedro Fernández de Laiguarda, en Jerez de la Frontera. WIKIPEDIA

2 comentarios:

  1. Como siempre un aporte importante y una relación de la documentación que corrobora lo escrito. Alguna vez he intentado seguir las leyendas que D. Teodomiro transcribía de otros autores la mayorías de las veces, y siempre me encontraba con cuestiones difíciles de comprobar, por personajes que no se podía corroborar su existencia real, bien por apellidos o fechas. Recuerdo que la primera vez que alguien (un cronista de la ciudad) me cuestiono la verosimilitud de lo escrito por D. Teodomiro, me dijo que su libro era demasiado novelado por la cantidad de datos difícilmente corroborables, que quedaban más en categoría de leyendas que en la de historia. Por ello tu formidable trabajo de investigación lo justifica. Lo que pasa es que en el fondo las leyendas toman carta de realidad con el tiempo, al difuminarse por los lateras su autenticidad. En Radio Córdoba EAJ84, hubo un programa de radio, en la tarde noche, que dirigía o por lo menos se le mencionaba como director, Manolo Salcines, basado en el libro Paseos por Córdoba, que se llamaba creo recordar del mismo modo. En ese programa novelado por la plantilla de actores de la emisora fue cuando por primera vez escuché el: -¡Qué se apaga la vela! de la criada dirigido a la ambiciosa y curiosa hija del propietario o arrendador, como tu has documentado. La verdad es que en tipo serial la historia de te quedaba grabada y cuando pasabas de pequeño por el portal, hasta tratabas de ver alguna rendija que pudiera corroborar la existencia del atractivo pasadizo.
    Un saludo

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    1. Gracias Paco. Es cierto que hay varios autores que señalan las licencias narrativas que Ramírez de Arellano se tomaba tanto en la narración de leyendas como en las descripciones de sus paseos, aunque de no ser por estos, adornados o no, desconoceríamos una parte importante de nuestra historia. Me hubiese gustado afinar un poco más en el tema de Carlos Usel pero no siempre es fácil acceder vía internet a la documentación necesaria. Tampoco soy investigador, solamente una persona curiosa, y lo que a fin de cuentas hago es tratar de interpretar los datos que descubro. Pero si algún investigador de verdad lee esta entrada y se decide a buscar más a fondo estaría encantado, aunque desmontase punto por punto todo lo que he escrito.

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