El 25 de junio de 1902, el matrimonio formado por Felipe y Josefa volvía andando desde el Campo de la Verdad por el Puente Romano. Eran las siete de la tarde y venían discutiendo cuando, hacia la mitad del puente, Felipe sacó una navaja y le asestó seis puñaladas a Josefa que acabaron con su vida. Aunque intentó huir fue rápidamente detenido por la guardia civil y conducido a la cárcel.
La vista de la causa se celebró el 7 de febrero del año siguiente, en la Sección Primera de la Audiencia, en el número 4 de la calle María Cristina, y en la misma se pudieron escuchar tanto los detalles del suceso como las circunstancias que lo provocaron. El diario El Defensor de Córdoba lo cuenta así:
«Según el Ministerio público los hechos ocurrieron del modo siguiente:
El procesado, casado con Josefa P. F., sufría por la vida irregular de ésta frecuentes disgustos. En varias ocasiones trató de persuadirla de que fuera por buen camino, sin obtener resultado alguno, tolerando sus infidelidades.
El matrimonio tenía un hijo de corta edad y al verse el marido abandonado con él, púsolo al cuidado de una mujer y no desistió de que la suya variara de conducta.
Enteróse el 25 último de que su esposa había estado en una casa de Córdoba con un amante y luego con una amiga en el Campo de la Verdad y allí se dirigió.
Al encontrarla le dijo: "¡Ay mujer de Dios, en qué malos pasos te veo; vente conmigo á recoger ese niño!" Ella se negó y marchando ambos por el Puente, estando á la mitad de él, sacó Felipe una navaja é infirió a Josefa siete heridas, una en la espalda, que le produjo la muerte.
Cumplidas las formalidades de la ley declara Felipe M. V. E., de edad de 32 años, oficio trabajador del campo, manifiesta que su esposa, abandonando al hijo, tuvo relaciones con varios individuos. El entregó al niño á los cuidados de una mujer nombrada Currita la piconera.
Vino á Córdoba el 25 de Junio á ver á su hijo, lo halló desmejorado, Currita le dijo que no podía tenerlo más en su casa, y entonces marcharon dicha mujer y él en busca de Josefa, á rogarle que se encargara de su hijo. Con tres hombres se encontraba en el Campo de la Verdad, quienes huyeron á la vista de Felipe y entonces éste reconvino á su esposa por su mala vida, contestándole ella que no quería ver ni á él ni á su hijo. Josefa amenazó a Felipe yendo por el Puente disputando y él sacó una navaja, causándole las lesiones, una de las cuales le privó de la vida».
Seis veces apuñaló Felipe a Josefa, una vez en el esternón, otra en la mama derecha, dos en el brazo izquierdo, una en el antebrazo derecho y la última en la espalda, mientras ella intentaba escapar, y que fue la que acabó con su vida. Según los peritos médicos los golpes fueron asestados con intención de matar, aunque sin ensañamiento (supongo que para ellos el ensañamiento comienza a partir de la séptima puñalada).
Los testigos citados a declarar corroboraron las continuas infidelidades de Josefa y el que ésta habría dicho que no quería ni a Felipe ni a su hijo, y que iba a llevar a este último a la inclusa. Tras la intervención del fiscal, en la que se centró en demostrar que se trataba claramente de un parricidio para el que solicitó un veredicto de culpabilidad, «pues es de justicia», el abogado de Felipe intentó convencer a los miembros del jurado, todos hombres dicho sea de paso, de que su defendido actuó de manera involuntaria, que había crecido sin el amor de una madre y que tenía miedo de que Josefa acabara con la vida del hijo de ambos.
La vista fue suspendida a las 18:15 de la tarde para ser reanudada al día siguiente a las 13:00 horas. Tras un resumen de los debates a cargo del Presidente del Tribunal y de leerle a los jurados las preguntas que deberían contestar para alcanzar un veredicto, éstos se retiraron a la sala de deliberaciones. El veredicto fue, increíblemente, de «inculpabilidad». El Ministerio Fiscal solicitó entonces la revisión de la causa, a lo que el Tribunal accedió. El día 9 de mayo se produjo esta revisión y, como había ocurrido tres meses antes, Felipe fue nuevamente absuelto. No había ni una sola mujer entre los miembros del jurado. Leer para creer.
Rafael Expósito Ruiz.
DOCUMENTACIÓN
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
IMÁGENES
- Imagen 1: Fotografía extraída del grupo de Facebook CORDUBA.
- Imágenes 2 y 3: Fotografías extraídas del grupo de Facebook HISTORIA DE CÓRDOBA EN IMÁGENES.
Pues yo no me espanto de nada! ¡ Muy triste pero hemos sido un cero a la izquierda! Hasta pasados los años de morir la Paca, las mujeres no éramos nada... dependíamos del marido, padre o hermano. Ni tan siquiera podíamos tener una cuenta corriente o comprar una vivienda, o trabajar sin la autorización del de "turno", ni rehacer nuestra vida si el "presunto" se marchaba a por tabaco, porque nos podía denunciar de adulterio, a pesar de que él viviera con otra. Hasta 1977 no se reformó el código Civil en que las penas de adulterio era cárcel para nosotras y una multa para vosotros.... El marido nos podría matar sin ningún tipo de problema si nos "pillaba infraganti " con otro tío. En el Código, se modificaron frases como que éramos seres inmaduros, frágiles e irreflexivos (Te estoy hablando del año 77) ¡¡¡Y cosillas como esa!! Y sabes lo que es más triste de todo? Que existan partidos políticos y gente (que tienen lo justo para pasar el día sin cagarse encima) que pretenden que de nuevo volvamos a los anterior.... Al que nos valoren si somos vírgenes o no, a que no hayamos "conocido varón" hasta el matrimonio y cosillas por el estilo y lo peor es que existan "nenacas" por no decir otra cosa que se lo compren a esta chusma. Y me voy a callar porque me estoy poniendo de muy mala leche. Jajajaj
ResponderEliminarLo malo de todo esto es que los cambios van llegando con cuentagotas y demasiado despacio, y algunos machirulos siguen pensando que si las mujeres ahora pueden hacer cosas que antes no podían es porque ellos se lo permiten. Y los y las que tenían que darle la vuelta a todo esto, esas nenacas y nenacos, se están educando con las letras llenas de basura machista del reggaeton, y la información sexual que ven como normal es la que les llega a través de la pornografía, y tantas cosas que no podemos controlar. Hay que esperar que el resto, los jóvenes que usan la cabeza para otras cosas además de para llevar el pelo, le vayan dando la vuelta a todo esto. En fin, que la cosa va para largo.
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