Seguramente al algunos les parecerá extraño que haya usado y entrecomillado el singular de la palabra "autobús" en lugar del plural tanto en el título de esta entrada como a lo largo de la misma. La razón no es otra que desde que dicha palabra comenzó a ser usada por el público en general el periodista baenense Daniel Aguilera Camacho, que escribía bajo el seudónimo Morsamor, comenzó una especie de cruzada en el diario El Defensor de Córdoba en defensa, valga la redundancia, de la utilización de "el autobús" y "los autobús", con disquisiciones acerca de etimologías griegas y latinas, abreviaturas y palabras compuestas que plasmó en más de un artículo. Pero vayamos a la historia.
Corrían los primeros años 20 del pasado siglo y Córdoba, que llevaba cincuenta años desechando uno tras otro proyectos para establecer un sistema de tranvías que uniese las zonas más alejadas de nuestra ciudad entre sí y hacer más cómodo el acceso a la zona centro, se subía ahora al carro de los autobús urbanos al igual que estaban intentando hacer ciudades como Madrid y Barcelona.
IMAGEN 1. Modelo de autobús para el servicio interior. |
A finales de diciembre de 1921 el perito industrial José López Izquierdo, profesor de Construcción de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, se reunió con el alcalde cordobés Sebastián Barrios Rejano para hablarle del proyecto de implantación de un servicio de "ómnibus automóviles" en nuestra ciudad, tomando como base la cruz formada por los ejes calle Mayor de San Lorenzo-Estación y Ribera-Puerta del Rincón.
López Izquierdo conocía bien la ciudad ya que estaba casado con una cordobesa y tenía a su favor el estar trabajando, junto al ingeniero francés Bouchet, en un proyecto similar para Madrid. La idea era establecer tres líneas generales, la primera de las cuales partiría desde el Puente Romano y continuaría por Ronda de Isasa, calle de la Feria, Librería, Alfaros, Puerta del Rincón y San Cayetano. Una segunda línea haría el recorrido de plaza del Corazón de María, Mayor de San Lorenzo, Santa María de Gracia, San Pablo, Plaza del Salvador, Claudio Marcelo, Conde de Gondomar, paseo del Gran Capitán y Estación Central. La tercera línea partiría de la plaza del Corazón de María hacia Misericordia, Estación Central y Estación de Cercadilla. Además se establecería una cuarta línea para la comunicación con la Sierra, debido al crecimiento que la población estaba experimentando hacia las afueras de la ciudad.
En los meses siguientes el ingeniero ocupó su tiempo en viajes entre Córdoba, Madrid y Londres para ultimar los detalles del proyecto, y a mediados de marzo de 1922 reunió en el Círculo Mercantil a un grupo de capitalistas con la idea de que se adhirieran a esta aventura. Entretanto, las fotografías que mostraban los modelos de los vehículos que vendrían a Córdoba para este nuevo servicio se expusieron en el escaparate de la Farmacia de Villegas, en la calle Gondomar, para deleite de los cordobeses que veían cerca la realización de uno de sus más anhelados deseos. Finalmente, el 21 de marzo, la Comisión de Fomento concedió la licencia para el servicio de autobús.
El 7 de mayo siguiente la Sociedad Autobús de Córdoba S.A. quedó constituida, siendo designado como Presidente el abogado y ex-alcalde de Córdoba Manuel Enríquez Barrios, el también abogado Mariano Amo Ramos como Director Gerente y José López Izquierdo como Director Técnico. Algunos días después el Consejo de Administración acordó emitir 750.000 pesetas en acciones, una tercera parte de las cuales fue cubierta por los miembros de la Sociedad.
A primeros del mes de junio José López Izquierdo asistía en Madrid a las pruebas que estaban realizando los autobús que cubrirían las líneas proyectadas para la capital. Una vez terminadas dichas pruebas, uno de los vehículos de la marca Leyland llegaría a Córdoba por carretera para realizarlas en nuestra ciudad, lo que ocurrió la tarde-noche del 23 de junio, quedando estacionado en la calle Gondomar frente a las oficinas provisionales que la Sociedad había establecido en el número 19. La primera prueba tuvo lugar el día 25, cubriendo un recorrido que partió de la plaza de Cánovas (actual Tendillas) y pasó por las calles Claudio Marcelo, Librería, San Fernando, Rivera, Campo Santo de los Mártires, carretera de la Huerta del Rey, Victoria, Gran Capitán y Gondomar.
El encargado de conducir el autobús fue Robert Wallington, Ingeniero de Motores de la casa Leyland Motor's Limited y el grueso de los pasajeros lo constituían los consejeros de la empresa Autobús de Córdoba S.A., autoridades locales y periodistas. Luego por la tarde se realizaron nuevos recorridos y esta vez el autobús lo ocupaban los accionistas, que fueron invitados por orden cronológico de suscripción y que podían llevar dos acompañantes cada uno.
Cuatro días después, el 29 de junio, "Autobús de Córdoba S.A." estableció un servicio desde la desaparecida plaza del Salvador, en la confluencia de Alfaros, Alfonso XIII, Capitulares y San Pablo, hasta la antigua plaza de toros situada en Ronda de los Tejares. El motivo, además de continuar con las pruebas, era el de colaborar con una corrida benéfica a favor de la Casa del Niño; el autobús realizaría viajes sucesivos desde las cuatro y media de la tarde y el precio, en vez de los 10 céntimos que se tenía pensado establecer cuando el servicio de autobuses fuera definitivo, sería de 25 céntimos.
Terminadas las pruebas, se esperaba que los vehículos que cubrirían los recorridos de los autobús urbanos llegaran en la mañana del 24 de octubre de ese mismo año para comenzar de inmediato con el servicio, aunque aún habría que esperar algunas semanas más. El 8 de noviembre de 1922 llegó a Sevilla procedente de Liverpool el vapor inglés "Colón" llevando los seis flamantes autobús de la marca Leyland que se habían adquirido para nuestra ciudad. Desde la capital hispalense iniciaron el viaje por Alcalá de Guadaira, Carmona y finalmente Écija, en cuya Plaza Mayor fueron recogidos por el gerente Mariano Amo Ramos, el ingeniero López izquierdo, los conductores y otros funcionarios de la Compañía, que habían salido desde Córdoba a las 11 de la mañana para tal ocasión.
El 9 de noviembre a las 20:45 los vehículos hacían su entrada triunfal en Córdoba, con el Campo de la Verdad y el Paseo de la Ribera atestados de personas que no querían perderse tal acontecimiento histórico y muchos automóviles que también habían salido a recibirlos. Después continuaron por la ronda de Isasa, cuesta de la Cárcel, Camposanto de los Mártires, Huerta del Rey, Campo de la Victoria, avenida de Canalejas, paseo del Gran Capitán, calle Conde de Gondomar y plaza de las Tendillas, donde estuvieron detenidos un tiempo para regocijo de los curiosos antes de dirigirse a las cocheras que la Sociedad Autobús de Córdoba había construido en la ronda del Marrubial.
Los autobús, que habían resistido seis días de fuerte temporal a bordo del vapor inglés sin sufrir más daños que algunas algas marinas pegadas a su carrocería, presentaban algunas variaciones y mejoras respecto a los modelos ofrecidos inicialmente. De un solo piso, constaban de tres departamentos con treinta asientos, además de capacidad para otros quince viajeros que irían de pie, por lo que las plazas totales ascendían a cuarenta y cinco.
Tres días después comenzaron los ensayos previos a la inauguración del servicio para los recorridos de la Sierra por la carretera del Brillante, la Sierra por la carretera de Pedroches y la línea de la Electro-Mecánica. Todos los autobús saldrían desde la plaza de Cánovas (Tendillas) y costarían 0,30 céntimos, haciendo servicios desde las 10:30 hasta las 13:00 y desde las 14:00 hasta las 19:00. En los días siguientes se empezaron a ensayar las líneas restantes.
El domingo 19 de noviembre de 1922 comenzó oficialmente el servicio de transporte urbano en Córdoba, un mes después que en Madrid, tras la bendición de los seis vehículos por parte del secretario del Obispado y Provisor interino de la Diócesis Miguel Blanco Moreno, frente a la caseta del Círculo de la Amistad del Paseo de la Victoria, y con la presencia del alcalde y algunos concejales, el presidente de la Sociedad Manuel Enríquez barrios y varias personalidades más.
IMAGEN 6. Acto de bendición de los vehículos. |
El inicio fue todo un éxito, y las colas para subirse a los autobús llegaban desde la plaza de las Tendillas hasta más allá de la calle María Cristina; el paseo del Brillante se encontraba intransitable y los autobús tenían que ir "al paso" por la afluencia de gente, y en la rotonda del Paraíso, en la Sierra, las colas se extendían hasta la finca Santa Inés. A la vista de la aceptación por parte de la ciudadanía cordobesa, la empresa acordó días después adquirir ocho vehículos más, cuatro de los cuales constarían de dos pisos y serían empleados para el servicio de la Sierra.
Sin embargo no todo fue de color de rosa en esta nueva experiencia y una serie de problemas que ningún proyecto podría haber contemplado comenzaron a surgir: pasajeros accidentados al intentar subir o bajar del autobús en marcha, continuas discusiones entre estos y los cobradores y conductores, multas a estos últimos por exceso de velocidad, atropellos a viandantes, carros, automóviles y mobiliario urbano, incumplimiento de horarios y recorridos, cambios en la ubicación de las paradas y un sinfín de inconvenientes.
IMAGEN 7. Expediente custodiado en el Archivo Municipal de Córdoba. |
No obstante el final del primer intento de un transporte público en nuestra ciudad se aproximaba, y a pesar de que el servicio a la Sierra aún se mantenía, aunque de manera irregular, y que se implantó una nueva línea que unía la capital con la barriada de Cerro Muriano, el 28 de marzo de 1924 Rafael Torres Barrionuevo presentó al Ayuntamiento una propuesta para establecer «un servicio de automóviles marca "Ford" con carrocería y condiciones análogas a los autobús para el servicio de viajeros por el interior de la población, utilizando las mismas líneas que la empresa de dichos autobús empezó a atender y hoy tiene abandonadas».
El 18 de julio de 1925 el Secretario de Autobús de Córdoba (S.A.), Luis Merino del Castillo, convocaba una Junta General extraordinaria para tratar el estado económico de la Sociedad, la enajenación de todo o parte del material móvil y el arrendamiento del edificio social. La aventura duró apenas tres años, pero no podemos olvidar que Córdoba, junto a ciudades de mayor entidad como Madrid o Barcelona, fue pionera en el transporte público urbano.
Rafael Expósito Ruiz.
DOCUMENTACIÓN
- Autobuses, tranvías y carruajes. Expedientes. 1870-1926. ARCHIVO MUNICIPAL DE CÓRDOBA.
- Autobús de Córdoba, S.A. (Mariano Amo y Ramos) Ronda de la Fuensantilla, s/n. ARCHIVO MUNICIPAL DE CÓRDOBA.
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
IMÁGENES
- Imágenes 1, 4 y 5: ARCHIVO MUNICIPAL DE CÓRDOBA.
- Imagen 2: Recreación realizada por el autor.
- Imágenes 3 y 7: Fotografías realizadas por el autor en el ARCHIVO MUNICIPAL DE CÓRDOBA..
- Imagen 6: Mundo Gráfico, Foto Torres. HEMEROTECA DIGITAL, BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA.
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