Miércoles, 28 de diciembre de 1932, 09:00 horas de la mañana. Los vecinos de las viviendas próximas a la Mezquita comienzan a escuchar unos extraños ruidos. Al principio no les dan mayor importancia, pero éstos no dejan de sonar y pronto se ven acompañados de alaridos y lamentos. Localizado el origen de tal algarabía, la multitud comienza a abarrotar el Patio de los Naranjos para comprobar que, como si de una pesadilla se tratara, la Mezquita ha comenzado a derrumbarse sobre un buen número de turistas.
IMAGEN 1. Portada del diario La Voz. |
La versión oficial, conocida a las 2 de la tarde, achacaba el terrible accidente a las excavaciones que el arquitecto Félix Hernández estaba realizando en el edificio, en busca de los muros que en su día ya encontró Ricardo Velázquez Bosco y pertenecientes, supuestamente, a una basílica visigoda. La versión popular era totalmente diferente: días atrás, una señora que se encontraba rezando en el interior del templo había visto cómo un individuo mal vestido frotaba con fuerza una lima contra una de las columnas. Avisada la Guardia Civil, el sospechoso fue detenido para ser puesto en libertad unas horas después, al parecer que se trataba de un perturbado. La creencia de que era uno de los artífices del atentado, que se había hecho el loco para disimular, comenzó a cobrar cuerpo.
Los derrumbamientos continuaron hasta las 14:30, y hasta ese momento nadie se había atrevido a entrar al interior de la Mezquita. Los primeros que lo hicieron comprobaron que de las 1.200 columnas que soportaban la techumbre de la misma tan sólo habían quedado en pie 12. Poco a poco se comenzó a rescatar cadáveres de entre los escombros. Siete fueron las primeras víctimas localizadas: un matrimonio de turistas checoslovacos, el vecino de Córdoba Rafael González "Rafaé", quien parece ser que se encontraba allí por orden del Patronato Nacional de Turismo, dos reporteros que fueron sorprendidos por los últimos derrumbes y otras dos personas sin identificar.
IMAGEN 2. Excavaciones en la Mezquita. |
Sobre las 16:00 se daba a conocer la identidad de estas dos últimas víctimas. Al primero se le había encontrado un pasaporte a nombre de Iván Petroski, aunque se dudaba de la autenticidad del documento y se tenía por cierto que se trataba del "zarevitz" Alexis Romanov, hijo del zar de Rusia y que se encontraba desde hacía un tiempo en nuestra ciudad. El otro fallecido era un arqueólogo y fascista italiano que habría venido a conocer al político derechista Antonio Goicoechea Cosculluela. En la Mezquita se temía que las doce columnas supervivientes acabaran por derrumbarse.
IMAGEN 3. Vista de los restos hallados. |
La noticia corrió pronto como la pólvora y camiones atestados de curiosos comenzaron a llegar a la capital desde varios pueblos de la provincia. Mientras tanto, en Madrid, los periodistas intentaban localizar al ministro de Gobernación Santiago Casares Quiroga para poder entrevistarle, aunque éste había salido hacia el Congreso de los Diputados sin conocer la noticia. No lo encontraron allí y sí al diputado por Córdoba Antonio Jaén Morente, quien inmediatamente salió hacia su tierra acompañado de otros diputados.
Increíble, ¿Verdad? Y falso además, como sabe todo aquél que a diario puede disfrutar de nuestro incomparable monumento. En realidad se trata de una inocentada que el diario madrileño La Voz incluyó entre sus páginas tal día como hoy, hace 92 años. Espero que os haya tenido entretenidos un rato.
Rafael Expósito Ruiz.
DOCUMENTACIÓN
- La Voz (Madrid) 28/12/1932, pág. 3. Hemeroteca Digital, Biblioteca Nacional de España.
IMÁGENES
- Imagen 1: Noticia de la página 3 del diario La Voz.
- Imágenes 2 y 3: Fotografías de A. Torres, publicadas en la revista Crónica 04/12/1932, pág. 5. Hemeroteca Digital, Biblioteca Nacional de España.
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